sábado, 27 de mayo de 2023

TESTARUDO

 


Dicen que mujer precavida, sale con dos. Pero en un corazón que ama no se aman dos batallas. Te abrazo como a un osito de peluche y tú te devuelves como una mantita recién sacada de la secadora. Cuántas veces tendré que repetirte que me quieras: “No hay alma que no llore por tu ausencia… Y al ver que tú por nadie te interesas, todos cautivos a tus plantas caen”
¡Mira que eres testarudo!, y yo quiero que me quieras así; sin más, porque yo lo digo, porque te lo dicen mis palabras, mi lengua –corporal- y eso que despierta a esta perra cuando estás a mano, que no se sabe de dónde sale, pero se entiende. Sin embargo no me haces maldito caso. Como tampoco lo hacen las uvas que celebran cada final. Así que por mucho que ladre esta perra: cambio de planes y que sea lo que dios pretenda. Y si muerta la perra se acaban las ganas: a partir de ahora quieras o no quieras te voy a querer yo, -¡acabáramos! garabato de mis dilemas-, como la carcoma a la madera o como se quiere a cualquier lunes por la mañana aunque sea fiesta.



SIN ASUNTO

 

Lo hice lo mejor que pude, porque saber nunca supe, aunque con todo mi amor.

En vilo dejaba el alma, tú llorabas sin palabras, en mis brazos te dormías. Yo susurraba con miedo, ¿Qué te pasa vida mía? hasta que llegaba el alba.

Luego te fuiste a la escuela, yo madre, yo centinela, mientras limpiaba escaleras, ¡Dios mío qué no falte nada! Y me quité de la boca para que no te faltara.

Sí, de acuerdo <<porquemediolagana>>.

Si alguna vez preguntabas, sonriendo te decía, Sí cariño, vida mía, estoy bien, algo cansada. Cómo latían mis rodillas, las sienes, hasta la rabia, de no poder hacer más de lo que yo misma esperaba. Pero tú me dabas fuerzas o ni sé de donde las sacaba. Y me dejé las espaldas, la juventud y la vida, Vale nadie me lo pidió, no hace falta que lo repitas, aunque si se tiene un hijo… lo dicho: monté guardia en tus orillas.

Entonces yo era feliz sabiendo que tú lo eras, y de buenas a primeras, porque saber nunca supe, soy ahora quien llora sin unos brazos al alba, en esta casa vacía que ya no es casa sin ti, deambulando por las calles sin saber adonde ir. Y miro por si me llamas, ¡Mamá! <<Sostengo el corazón del vientre, No es a mí, Falsa alarma no es a mí>>.

Aun puedo escucharte amor, sí, sí, dime, sí, sí, Mamita me duele la tripa, Mamita mírame como nado, Mamita: ¿estás ahí?, Dame para medicinas y dame para salir, Mamita que hoy llego tarde;  no me esperes; que no te preocupes por mí, ¡Ay mamá!, ¿Qué haría  sin ti? -Lo que quieras hacer y seas –te solía yo decir.

 

Aunque siempre estás conmigo: de la garganta al ombligo me siento partida en dos. Partida en lo que me queda, partida desde la tuya, partidas como estas letras que no saben a esta herida ni sanar ni qué decir. Porque de repente un día yo me hice mayor y tú lo hiciste conmigo, eso lo sabía, era algo que esperaba, pero ni me necesitas ni me diriges la palabra.