martes, 31 de diciembre de 2019

FELIZ, FELIZ 2020

Quiero ir a ser feliz. Tengo el pasaje. Iré con lo puesto, como el día en que mi vida se acabe. Tengo preparado el equipaje; vacío, por si regreso llena de versos y más versos que ocupen el espacio exacto de mi yo sin ti. Por si pierdo la maleta, en un bolso de mano, tengo preparado: La prisa de un algo nuevo por venir. Un eco que me suplique que vaya más lento. Una lima para cualquier desliz. El último deseo de mi cumpleaños feliz. Un ser, un estar y un parecer -por si las moscas, ya me entiendes-. La paciencia y las ganas de vivir –dan igual en qué orden-. El último beso para casos de S.O.S y ese tema que jamás aprendí y tarareo ahora porque me recuerda a ti. Todo el amor que he podido ahorrar para derrocharlo - creo que se dice así…o lo que sea que sea -, será que se conjuga contigo y por eso no lo sé definir. Un protector lunar por si me entra una perreta y resulto ser de esas poetas que solas se hacen temblar. Un globo “azul” por si apetece volar. Mi memoria, -sí, mi memoria que nunca me falte- por si me da por sufrir y prefiero sonreír, que salga veloz al rescate. Un pijama, el que desnuda me queda tan bien cuando me arropo pensando en los puntos y seguidos de todos tus puntos cardinales recorriendo mi recorrido. Y como siempre bolígrafo o lápiz y una libreta, por mi estúpida manía de sentirlo todo. 
Se me dan fatal las despedidas así que…dime: ¿Quieres viajar conmigo o conmigo quieres venir? Aquí también me da igual el orden. 
Cuando regrese –si alguna vez regreso- quiero un motivo de peso que arrase con todo,eso, lo que hoy es presente y me dé motivos para comenzar, o seguir.

domingo, 29 de diciembre de 2019

Feliz 2020

Último Reto del año.
Un cuadernillo de crucigramas, una lata con el Big Ben, un zapatito de Papá Noel y el Librito del Chocolate, que dice:"Las cosas claras y el chocolate espeso"
¡Pii! ¡Se hace saber, por orden de quién sabe, que este es el último Reto del año para el Club de los Retos de Dácil! Así que entre dichas y risas, y algún que otro sollozo, desde este jueves, y no es broma por ser la fecha que es, hasta el día de Nochevieja, se tiene tiempo para pensar qué demonios escribir, no sin antes hacer un repaso de los retos de este año que ya termina. Por consiguiente y que no sirva de precedente, se permitirá desde hoy y antes de las doce, de la noche, sí, de la noche, del treinta y uno de diciembre del presente año:
1- Todos los retos tendrán el mismo título “Las cosas claras y el chocolate espeso”.
2- Publicar el reto en un crucigrama aunque este esté manchado del delicioso cava asturiano – vale poner foto-
3- Podrá ser tan largo como el Big Ben, o enlatarlo al vacío y enviarlo a WWW.clubdelosretosdedacil.es y ya veremos si llega.
4- Si se les ocurre hacer alguna receta deberán llevar esos postres a la cita del último viernes de mes y el último, por favor, que cierre la puerta. – No se olviden hacer fotos-.
5- Escribir borrachos intentando calzarse un zapatito de Papá Noél. No se permitirán ni este caso, y a pesar de las entrañables fechas, faltas de ortografía que no sean provocadas por el corrector de un móvil, no importa la marca del móvil ni a qué timofonía perteneces. –No sean cabrones y cuelguen foto-

Nos vemos en enero de dos mil dieciocho y no digo la rima porque saben que no me gusta decir tacos - no se imaginan el esfuerzo-, y esto es un decreto y el respeto es muy bonito coño.
¡Pii!

A veces cuando escribo me doy cuenta que sale una emoción tan fuerte que no sé enfilar las palabras para ordenar lo que siento en letras. A veces también, me siento satisfecha por lo que escribo -aunque días más tarde me pregunté qué cuernos quise decir o verlo como una bobería más-, pero son las otras muchas veces a las que les debo seguir aquí, escribiendo; cuando lo hago desde la desgana o la rabia, desde lo absurdo y el papel en blanco, desde la tristeza y el vas a saber… ahí es cuando para mí es todo un reto. Llevo un año, ya, oficialmente, en el club de los Retos de Dácil. Mira que se aprende, se captan ideas, te encuentras los fallos. Mira que te entretienes durante la espera. Mira que conoces gente estupenda e incluso maravillosa y lo más curioso, a ti mismo. No me gustan las despedidas y adoro los nacimientos. Un año se va lleno de emociones y otro comienza en naita, y si es tan bueno como este bendito sea, porque he sido capaz de vivirlo y superarlo. FELIZ AÑO A TODOS LOS COMPONENTES DEL CLUB DE LOS RETOS DE DÁCIL.

sábado, 28 de diciembre de 2019

Campaña sobre campaña. Los inocentes.


Nadie está exento de caer en el abismo del desconocimiento. Cuando alguien me habla de aquellos porros de los sesenta me entra una especie de recelo por cómo cuentan su primera vez, aireándolo de una forma natural y añadiendo que fue solo una experiencia que, después de un viaje a no sé dónde, no le llevó a ninguna parte. Anoche en una terraza el olor a porro, que por cierto cada vez huele peor, a saber qué le ponen, inundaba el ambiente navideño y frío de la C/ Cano. En la mesa de al lado unas jóvenes se tomaban un, un, un… a saber qué bebían y fumaban… el porro de turno. “Yo para ser feliz quiero un camión” 
Las campañas publicitarias nos inyectan qué comer, beber, vestir, conducir, qué medicamentos tomar o qué compresas o preservativos utilizar etcétera; dicen que funcionan. El consumismo es nuestro pan de cada saldo en nuestras cuentas, tanto bancaria como vital y nadie está a salvo de ser absorbido por un producto que generalmente no es necesario y es nocivo para cualquier salud mental o física. <<Nos cuentan una milonga y yo sigo pensando si tendré que utilizar una crema para hemorroides, más una compresa anti-retenciones y una pasta para fijar mi dentadura, y si sabré diferenciar, en su momento, si el gel del calor o del frío son realmente necesarios y me estoy perdiendo unos polvos increíbles por ignorante (coño)>> ¿Pero qué pasa con las campañas en contra de las drogas que en cuarenta años no han hecho efecto? “Cuando alguien me habla de aquellos porros de los sesenta…” ¿No funcionan, tenemos la misma mentalidad, según nos convenga, que en los sesenta y se salvarán, en realidad, de caer en la tentación los que solo buscan una leve experiencia? ¿Son pésimas las campañas contra las drogas y los inocentes siguen cayendo sin remedio por desconocimiento? Yo propongo desde ahora el día mundial sin publicidad, a ver si somos capaces de sobrevivir. ¡Por cierto! ¿Son buenas las campañas de antigripales? No tengo ganas de discutir – tampoco se me vuelvan locos-.

sábado, 21 de diciembre de 2019

Feliz Navidad


Ahí llegan. Me gusta observarles. Ella es una coqueta que jamás sale a la calle sin pintar sus labios de rosa y él, un galán cariñoso que la lleva de la mano con el orgullo que tiene el sol cuando se despierta. Siempre tienen algo de qué hablar. No entiendo cómo siguen juntos después de tanto tiempo, ni cómo consiguen que, yo, acuda cada año a esa cita.
-Pero mujer este hijo nuestro…
-Cariño: los hijos son para toda la vida. Dios proveerá.
-No me vengas con esas. Cada cumpleaños sucede lo mismo; la casa llena de gente. Y para colmo se me parte el alma al comprobar con las ganas que esperan algunos un simple plato caliente.
-¿Crees que a mí no?
-Mira, me… me niego. Lo siento. No soporto a los que vienen con el corazón lleno de rencor y extrañezas buscando pesebres. De esos te encargarás tú.
-No todos son así cariño, y lo sabes. Hablaré con el niño.
-Con tu hijo hablaré yo. ¡Acabáramos! Cada año igual. Monta todo esto para luego…
-Para luego, ¡qué! ¿Qué? –dice ella, con la voz rota y siente que “…una espada le atraviesa el corazón”.
-Para luego matarnos de pena, María.
-José: Es el cumpleaños de la fe. Él, sabe lo que hace.


jueves, 19 de diciembre de 2019

Se dice así...¿No?


Amarnos es desarmarnos haciendo caso a ese aviso sin derecho a voto, ni voz: <<Por sobrecarga de sed toque dentro de cero coma cero segundos>>. 
Deshacer la cama de la peor forma para que sea de nuestra mejor talla de tu cabeza a mis pies. Chocar nuestras bocas derribando las lenguas como si fuera la última vez antes de que se corra… el tiempo. Es… como el arte esto de amarte; construir de dos pieles una sola y descubrir  que a la soledad le queda sexy como vestido de última hora.  Así, amarnos es atrevernos, de una manera inexplicable, a vivir sin importar(nos) jamás las consecuencias de no volver a ser uno mismo…o dos.
Pues eso, sólo eso…que… amar, es sentir que siempre que te alejas me falta un beso… Se dice así… ¿No?

lunes, 16 de diciembre de 2019

"Apunta adonde duele, que todo estará bien"

"Apunta adonde duele, que todo estará bien" #Ediciones Aguere/Idea# Ya la tengo aquí, a mi lado. Para mí es de esos momentos en los que siempre digo: <<No tengo palabras... pero deberían de existir>>. Mi primera novela.


domingo, 15 de diciembre de 2019

De momento.

De momento he pasado de mirar un libro para pintar desnudos a otro para pintar letras en cueros.
De momento y con cariño cotidiano, observo el cuchillo que un día sirve para justificarse cortando el lomo de Córdoba decorando el plato y otro la respiración los días que la luna sale del lado equivocado.

De momento -y por ahora- la sombra que me acompaña va cantando villancicos y adorna este mi viejo árbol, como quien toma por su cuenta un tubo de vitaminas, con bolas de navidad.
De momento, y no me crean tan cobarde, tengo planeado reírme en la cara de la tristeza y decirle al oído palabras que enamoran, porque sé que si se fuerza el gesto,terminará ganando.


sábado, 7 de diciembre de 2019

¿Sabes?


 Y en mi defensa diré que fuiste tú quien me escribió primero. La inspiración llegó contigo convirtiéndote en la víctima perfecta. Quisiera entrar en uno de mis poemas y ahogarme en ti, pero estoy sentenciada a nadarte entre letras porque no tienen lo que se precisa.
¿Sabes? me cae muy mal la chica que responde diciendo que el número al que llamo no existe… Será que descubro que soy transitoria con el alma en vilo al ver que no me llamas. Aquí, en este lugar tan común llamado sin ti, he conseguido que el día dude de si es de noche, y será que no quiero dejar de escribirte en mis sábanas rotas de tanto te quiero.
  Sigo como si estuvieras; tomando leche con café, leyendo libros del revés –yo, no ellos-, escribiendo a las paredes suspirando tu, Tan tú. Diciendo: estoy bien, estoy bien. Sintiendo que es tu sombra la que me viene a la idea penetrando en silencio como lo hacen las horas.
 En mi defensa diré que fuiste tú quien partió primero, y que le voy a presentar una reclamación a esa operadora antipática que habla como una cotorra y no me pone en contacto con el cielo.



martes, 3 de diciembre de 2019

No, no matarás


Hoy lancé una rosa al mar, y mientras se alejaba  a buscarlo recordé, que no era yo quien se ahogaba ni él quien se quería salvar.
Me olvidé hasta de escribir. Subida a aquella tabla  como quien hace alpinismo y planta bandera al llegar, escribimos con arena y un viento huracanado: No, no matarás.
Lo hicimos… rugiendo como el mismo mar. A contracorriente los ojos. Las miradas al azar. Con los brazos en cruz, sintiéndonos flotar.
-Tócame -dijo- como burbujas de sidra entre abrazos, a brazadas, que estoy cansado de nadar.
Mi boca, propensa a marearse, se aferraba a su boca como a un remo, y en la embestida dos olas chocaron con delirio y fuerza a ver quién lamía más, hundiéndome en un abismo donde olvidé respirar.
Luego, exhausta en la orilla mojada después de llorar, envuelta en espuma  y escamas, y las caderas saladas más allá de las burbujas, a aquel madero a mi espalda le atravesé mis uñas al leer que al otro lado él me clavaba un anzuelo: Criatura: lo tuyo siempre será escribir.

Hoy lancé una rosa al mar pero dejé las espinas y un mensaje en la botella: “Lo tuyo siempre será nadar.”


martes, 26 de noviembre de 2019

SOLA


Habíamos soñado con todos los sitios que visitaríamos cuando tuviéramos trabajo. Y la casita en la orilla del Atlántico.  En lo que fui a por un café con leche a Farray, y volví, ya ella estaba sola. Tan sola.
 Lo tenía decidido. Santiago de los Caballeros sería el sitio ideal: un viernes, y a las seis de la tarde, después de la siesta. El frío de diciembre a veces era una plagiada mentira en Gran Canaria y preferí curar la gripe guardando cama. Bueno… cama; unos cartones situados en la puerta principal de un comercio en el que la poli me deja a mis anchas siempre que me retire antes de que se abran las puertas al público. Durante un mes iría a todos esos sitios de mi isla en los que nunca habíamos estado. Se lo debía. El bono mensual para los parados me proporcionaría el transporte. El bosque de Tirma fue mi primera parada. A la vuelta hice la siesta en el Jardín de corvo. Aquella misma noche noté que las garrapatas se habían apoderado de mis piernas y tuve que ir al Negrín donde, con cara de entre asco y burla, me recetaron un tratamiento para desincrustarlas de mi cuerpo, claro que con qué dinero iba a la farmacia. Lo que me faltaba era morir lleno de bichos que declaran estado de sitio en mi cuerpo antes del día de la fecha. Así que me bañé en Alcaravaneras y con una caja de fósforos las fui quemando una a una observando cómo se consumía la madera. Por el norte visité la plantación de café y anduve por Galdar sin darme cuenta de que la guagua tiene sus horarios y pasé la noche anterior en la playa. El frío que calaba los huesos me hizo pensar que moriría de una pulmonía. Anduve por la orilla resbaladiza a punto de partirme la cabeza porque no podía apartar la vista de aquella casa con la que no contaba, situada justo en el punto donde yo debía caer y esparcir mis restos. La pared, rocosa, que la custodiaba tenía la altura, el color y el aroma en todas las versiones en las que yo conocía a la muerte; su misma sombra apacible. Pero la casa – ¡dios!- la casa era como ella; blanca, tibia, discreta, sin adornos…sola.



jueves, 21 de noviembre de 2019

Una dulce broma de dios


Una dulce broma de dios.
-El padre Joaquín decía: “Hay tres clases de hombres: santos, poetas y héroes.” En esa barca pasábamos el día entero.
Pepe quería ser un héroe y demostrarle a Valentina que se podía ser las tres cosas a la vez, pero solo uno sería visible al mundo, las otras dos serían su secreto.
-Cuando nos separaron me enviaron a un internado al norte, -me contaba camino de Francia durante la guerra civil.
Pepe Garcés comenzó a escribir en el campo de concentración de Argelés con un entusiasmo idílico. -Ahí conocí el mar junto a Pancho y Juncal. Ojalá y ella me hubiera visto cuando terminamos la barca, preparando víveres, pan y canela, buscando abrigo, aunque estaba convencido de que a mí no me hacía falta.
Garcés era el capitán. Nunca mencionó qué papel pintaban Pancho y Juncal, pero los dos le admiraban como el gran líder de su historia en aquella orilla y confiaban en que si se hacían a la mar, el capitán Garcés tendría todo controlado. 
Cuando terminaron la barca tras varios días de un sol de injusticia, Pepe pensó que no valía la pena botarla al mar. -¿Para qué? -se preguntaba. No sabía que esa misma pregunta se haría años más tarde en el campo de concentración.
 -Para qué si ya no vale la pena la lucha, si no quedan héroes, si esta generación está corrupta y no creo que en las siguientes, ni que en la mejor de luchas se consiga restablecer el orden, porque ya no se sabe luchar. El País está corrupto y no te hablo de ladrones ni asesinos, está corrupto porque la ley no es ley para nadie. No hay héroes, ni santos ni poetas, hay “hombres sinsubstancias”



Inspirada en; Crónicas del Alba Ramón J. Sender
No he podido evitar recordar a Pepe y Valentina al ver la foto del Reto. Pepe quería volver por el mar, pero el mar se había marchado de aquel pueblo donde fue feliz hacía mucho tiempo. Siglos. La forma de volver era como un héroe, pero no pudo ser. La inocencia la tenía a flor de piel. No estaba loco. Nunca lo estuvo.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Tenía besos.


A besos, -sí, a besos- miro con nostalgia las carencias. Mucho de lo que hoy tengo no existía. Pero agradezco lo que sí tenía. Tenía besos. Besos y más besos. Colecciono recuerdos aunque hoy se vean en blanco y negro guardados para no olvidar las caras, ni el día ni cuántos éramos entonces.

Bendición, y comenzaba el día con un beso en la mejilla o en la frente. Cada uno respetaba su cometido y el disparo de salida era un beso. Se comenzaba desde temprano con una ilusión inocente que ahora envidio. No era consciente de la importancia de pedir la bendición y que me dieran ese beso, ni de bendecir la mesa porque siempre me sonó a cosas de curas e iglesias y mientras se hacía yo solo pensaba en ir a correr, a tirar piedras al barranco, a empujar las hormigas que subían por mi falda sin importarme si sabrían el camino de regreso. Agradecer lo mucho que tenía era lo que más me repetían. Cualquier queja que tuviera se solucionaba siendo agradecida; “Da gracias incluso a que puedes quejarte. Hay quien no podrá en la vida”.
Hoy miro las fotos del recuerdo y sonrío agradecida. Mi madre siempre decía que quien señalaba con el dedo tenía una mano inútil, que algún día le haría falta para sostenerse, que la mayoría de las cosas se solucionaban con un beso. Antes de ir a dormir también se bendecía. Con el andar del tiempo se fue perdiendo la costumbre de besar con el pretexto de las prisas. Pero las fotos siguen ahí y los besos están en esa fotografía que a ratos abrazo y beso y guardo en su cajita… Puede que por eso se pueda entender mi manera de besar, porque tengo besos que se agolpan en mi boca, y puede que también por eso escriba tanto sobre amor y besos, y todo lo contrario… aunque no se justifica.

lunes, 18 de noviembre de 2019

No.


No me toques la razón que me conozco
no maldigas con falacias de arpía
no me digas que te acicalan la horas
ni amenaces con eso de algún día
No me cuentes las horas secuestradas
no quieras que hable en pasado
no protestes a la puerta de mi ausencia
ni me sueñes siquiera en tu regazo
No me rondes con talentosas baladas
no desperdicies razones inconclusas
no interpretes mi rimas como tuyas
que las razones que regalas son excusas.


REINA DE MI VIDA


En el coche ya chirreaban los tornillos del trasto ese que ponen para que te agarres en las curvas. Me costó soltarlo. Yo iba callada, pero mugiendo como una vaca sintiendo que las contracciones ya no tenían espacios de descanso, maldiciendo a quien dijo que si respiras y te calmas es más llevadero.  Cuando llegamos al hospital eran las seis y media de la tarde. Diez minutos después ya había nacido. No tengo mucho que contar porque diez minutos te dan la vida, o te la pueden quitar. Diez minutos en que hasta yo me quedé asombrada cuando dijeron no empujes, ni se te ocurra, y ella salió sola sin molestar a nadie. Enredada en el cordón como un mariachi y sin resuello creí perderla, pero fueron cosas mías. Todo estaba genial y lo sigue estando. Diez minutos para volver a amar como nunca nadie amó antes. Alexandra; mi amor; Reina de vida: Feliz 22 cumpleaños.

Con ellos.


Ellos no se dan cuenta. No tienen por qué. Recogen todo y por primera vez será sin yo imponérselo. De repente el orden es un caos. Puede que digan que ya volverán a por el resto o que lo tires, o lo regales y  aún así te cabrees porque después de todo, es tu trabajo deshacerte de los trastos que no se llevan. Sin embargo… lo acomodas por la casa, estirando para que parezca que cada objeto, por pequeño que sea, ocupa el enorme vacío que dejan. La muñeca de Sofía, el walkman de Alex, el mapa de Julián… ¿Por qué algo que debería hacerme feliz me duele tanto? Brindo por su partida como brindé, y volveré a brindar, con ellos sus logros, superaciones e incluso tristezas de las que aprendieron. Brindo por mí que lo he logrado coño… por el espacio enorme que tengo para mí solita, por todas las horas que no pasaré buscando una camiseta preferida, peinando  muñecas, haciendo sus deberes, escuchando esa música moderna que me vuelve loca, y ahora pongo bajito para sentirme acompañada. Brindo por el jodido silencio que me gano en recompensa, y el espacio que lleno con la mirada en espera... por si regresan.

jueves, 31 de octubre de 2019

Siempre





Siempre la estoy observando. Como una cría feliz revisando cada obra de la pinacoteca como si fuera la primera vez que la ve. Tan dulce. Tan vuelco en mi corazón de nevera. Tan sola.

 Siempre la estoy rechazando. Me dio igual su te quiero. No le importaban las migajas que barría como un tesoro acabado de encontrar en las nubes. Estaba tan sola.


Siempre la estoy olvidando. Dejaba  abierta su ventana y la puerta trasera. Agradecía todo aunque todo lo que le di le doliera. Así no se sentía tan sola.

Siempre me estoy odiando. Tanta comprensión, cariño y ternura... Si la intuía  feliz, sin mí, la buscaba para que volviera. Por si estaba sola.


Siempre la estoy recordando. Daría lo que fuera por decirle que yo también. Pero se ha ido.




¿Te acuerdas de mí?


Recuerdo que hice mío  el instante; el lunar del final de tu escote cuando nos presentaron. Te dije que desde ese día iba a suprimir de tu vida todo aquello que no te hiciera reír. Soy hombre de palabra. Recuerdo, que cuando quise darte el primer beso, robado,  por impulsivo chocaron nuestras cabezas y me llamaste loco perdiendo la oportunidad. Tu miedo a pisar el acelerador en aquel BMW  escandaloso de motor, y de color, que abandonaste a mitad de la carretera en Mesa y López. Y cuando te cantaba My Way, Nesun Dorma, Perdóname… y te quedabas lela, con los ojos a punto de lágrimas. Jamás entenderé cómo convenciste al taxista para que se viniera a desayunar con nosotros a la cafetería del Materno porque era el único sitio abierto a aquella hora de vuelta a casa, y como discutimos llegando a la conclusión de que fui yo. Cuando te dije que tenía un diario escrito en papel higiénico y te dio un ataque de risa y aproveché ese instante para al fin decirte te quiero, pero no lo escuchaste porque ya estabas medio sorda -¡joder!-,  desde ese momento sería tu motivo de todos los días para recordarme, dijiste que ni de coña lo olvidarías que ahí no entraba el suprimir…-¡jo-der!-. Cuando me presenté adornado con un collar de chorizos de Teror en la discoteca y tú pusiste cara de esto no puede estar pasando. Reconozco que me dio vergüenza el estado de mi cuarto en aquel garaje donde lo hicimos por primera vez oliendo a chorizo. Tú levantaste mi falda de canaria con apuro y yo dejé caer tu vestido con solo tirar del lazo de tu cuello, y resultó que yo también temblaba. Ya no me importó hacerlo en todos aquellos sitios donde poder quitarte la ropa con tal de sentirte pegada a mí. La de cenas, cines, teatros y partidas de dardos que dejamos a mitad.
¡Qué buenos recuerdos! Nunca nos dijimos adiós. Fue un hasta siempre, cariño; My Way, Nesun Dorma, Perdóname… Te quiero. Te quiero. Te quiero.
 Y tú, mientras escribes utilizando más que nunca la tecla suprimir… ¿Me recuerdas?

13/10/2018 D.E.P

miércoles, 30 de octubre de 2019

TANTOS DE BESOS



Le imagino de cerca, tan cerca, que huele a hombre y ya me sabe a hombre. Ni se lo imagina pero yo, dejo volar la imaginación y será perfecto, nada torpe e intenso. Será el beso por excelencia, el beso  suave, intenso y potente con la más dulce de las fuerzas. Será el mejor de todos, el último de tantos de esos, el primero  que más deseo desde el último que ni recuerdo.
¿Y si no es el inolvidable, o pero aún el que más recuerdo? <<Que un mal beso no es negociable>>>...
¿Y si cuando me acerque no encajo y si se va patas abajo y se hace una cuesta arriba porque es un saco de babas o una lengua muerta o la peor de las salivas? << ¡Ay, que soy de arcada fácil y una mujer difícil y me arrojo toa! (disculpen pero hay expresiones que no merece rima)>>…buf…
¿Y si la lengua se vuelve loca y me vuelves loca y es el mejor de todos y luego se acaba? 
¿Y si me besa y prefiere mi frente y va de tipo decente cuando en realidad es un idiota?
¿Y si no quiere que yo quiera y cuando él quiera no quiero y es un nunca para siempre.
Venga, a ver quién lo hace primero: O me besas y me matas, o te mato entre mis letras que mi boca no sé, pero mis dedos cuando quieren son veneno entre las letras.
 Tú decides... si me besas y acierto o te beso y aciertas.


DE NOVELA




Cada noche leo novelas de amor. Me pregunto por qué la prefiere a mí. Luego paso a las de terror y es ahí donde planeo creerla muerta. Tocarla ahí medio bien. Hacerla pedazos. No preguntarle si duele, si quema…y tirarle lejía a la cara y hacerla llorar. Como cualquiera…como tú.

viernes, 25 de octubre de 2019

Mi hombre

Yo creía que me gustaban todos los hombres y si bien no tenía, todavía, prototipo, siempre he diferenciado a un tipo, de un tío y de un hombre. Hoy reconozco que no me gustan todos ¡Qué cuernos! Me gustan los que son limpios sin rayar el asco. Sin tatuajes aunque vengan al caso. Los que se atreven a equivocarse y quedarse rojos, el que huye la mirada al principio, pero no se da cuenta que su reojo le delata. Que le guste leer y escriba algún día algo para mí. Que no sea más guapo que yo, pero sí más interesante. Fuerte pero delicado. Sensato pero con un toque de locura. Que me abrace cuando lloro aunque no sepa el porqué y se deje abrazar por el mismo motivo. Que no le importe que lleve tacones ni me pinte o vaya despeinada y que jamás me diga que qué es eso que tengo en estos días en la cara. Que sepa lo que me gusta, lo que me hace reír, lo que me da miedo…Que cuando susurre mi nombre me dé un vuelco la tripa (Rosa…) Que no le haga falta preguntar si utilizo preservativo –que lo dé por sentado-. Que se deje olisquear y cierre los ojos cuando lo hago. Que sepa a café cuando le beso y a sexo cuando hemos terminado.

martes, 22 de octubre de 2019

Para yo.



Vamos a ver: ¿en qué lugar me dejas cuando hablas o escribes? Prefiero que hables porque las palabras se las lleva el viento, y aunque no hablo sin conocimiento… cuando escribes, ¡oh, cuándo escribes! Cuando escribes me condenas ya que el papel aguanta todo y queda constancia, y a veces no te aguanto. Me siento débil, expuesta, en el punto de mira, en la diana de cualquier esquina, subida a un madero, condenada a una hoguera… desnuda y desprotegida. Yo, que solo soy quien soy; de lágrima contenida, no la fácil, esclava de mis letras, amiga de un poeta, custodia de un te quiero, sumisa del amanecer, o guerrera ante un maltrato, sobrevivo a base de Machados y Federicos y algún que otro Santiago. A veces soy un trapo de cualquier color ante una de mis cadenas. Jamás un quijote, jamás escudero, quizás libro para otras edades, realista hasta la médula, amante hasta los huesos y mi sangre es RH literaria dolorida. Por eso, cuando me preguntan si soy lo que escribes -¡Ay, cuándo escribes!-, me duelen todos mis versos… y respondo no.





lunes, 21 de octubre de 2019

Qué manía

Qué cotilla es la gente. Dicen que nos queremos, y es cierto, y que no somos amigas. ¡Adónde vamos a parar! Somos amigas con derecho a roce y eso, al parecer, les roza y escuece. Qué les importa a esos cotillas si lo preocupante sería no tener amor y ni eso es su asunto. Nosotras a lo nuestro, que la amistad suele durar toda la vida y los amores un suspiro. Qué jodida manía de poner etiquetas; que si vamos de la mano, que si vestimos distinto, que nos vendría bien un mengano, que si nos besamos al vernos…y cuando nos vamos.
¡Que revienten mientras nosotras explotamos! Si escribiera todo lo que en mí se cuece, lo negaría tres veces.

Foto de; Rogelio Liria


domingo, 20 de octubre de 2019

Je suis malade

Los médicos le habían hecho pruebas y no encontraban nada, pero le dolía el pecho y no podía llorar. Le dijeron que moría sin remedio. Pensó que sería como mueren las olas, pero que el mar la arrastraría y le daría vida como al vaivén de la marea, como al mar furioso, como a la mar en calma. Luego la llamaron y le dijeron que había un error en su historia y se sintió aliviada. En la consulta el psiquiatra le confirmó que tenía mal de amores. Ahí se sintió morir porque, los amores que matan nunca mueren, y le dolía el pecho... y no, no podía llorar.

domingo, 13 de octubre de 2019

Mi 20N


Drago me había robado el chupa chus, era un listillo que en lugar de ladrar aullaba, sobre todo si le gustaba la música que sonaba. Gracias al disco de Led Zeppelín ahí estábamos entre chapas y boliches porque mi hermano estudiaba con música a toda pastilla. Esa tarde nos mandaron a la calle a jugar, al boliche, bueno a jugar a la calle, que al boliche no jugaban las señoritas de siete años. Drago y yo nos sentíamos valientes en busca de aventuras; él mascando el super-chicle que había en el corazón del caramelo, parecía el jefe de nuestra banda de a dos, claro que más tarde comenzamos a sentirnos huérfanos abandonados a nuestra suerte. Ese día perdí la magia, pisé sin darme cuenta un perinqué y el homicidio involuntario me causó un trauma, yo nunca había asesinado a nadie y en aquel tiempo aprendí de las monjas que; quien sin querer peca, sin querer va al infierno. Para colmo a Drago le dio por jugar con el pobre lagartito que se retorcía en el suelo medio destripado mientras yo me quitaba mi zapato dejando el pie con el calcetín blanco contra el suelo. Era incapaz de mirar la suela, si comprobaba que habían restos bajo mi zapato se confirmaría el homicidio.
Volví a casa en silencio aguantando el llanto y cuando mi madre me vio la cara, le dije que me había entrado tierra en los ojos. Claro que mamá no era tonta y se enfadó al ver mi ropa, los calcetines, mis uñas, todo me delataba. Esa noche me acosté sin cenar como castigo, pero lo agradecí, no me habría entrado nada en el estómago. No dormí pensando en el pobre perinqué y en que si se enteraban me detendrían por asesinato y mi único testigo de que fue sin querer estaba roncando bajo mi cama.
A la mañana siguiente fui al cole en silencio pero durante la jornada mi profesora comenzó a llorar. En poco rato comenzaron a llegar los padres a recogernos antes de tiempo, cuando vi a mi padre por poco me muero, seguro que ya lo sabía porque llevaba un botón negro cosido a la camisa blanca y corbata negra. Al llegar a casa mamá no me quitó el uniforme, me quitó los lazos azules, con muy mala cara y sin decir nada, me puso los negros en las coletas, como cuando murió la hermana Lucas. Definitivamente me habían pillado. Salimos de casa en absoluto silencio. Los pocos; taxis, piratas, los coches de hora, todos, llevaban lazos negros, íbamos a casa de mis abuelos. Mi corazón en la boca se sumaba al silencio y ya quería morir. Al llegar a casa de mis abuelos estaban todos mis tíos y primos. Todos de luto menos mi abuelo, que con sus gafas a media asta hacía el crucigrama del periódico. Pedí la bendición, y sin mirarme, mi abuelo me bendijo y me pidió me apartara de delante de la tv porque había un tipo en una caja al que todo el mundo quería ver; un tal Franco.
-Tarentola. Salamanquesa -dijo mi abuelo.
A lo que mi padre respondió -perenquenes .
-¿Solo uno hijo mío?
-Perenquén, padre.
-Entonces era eso. Ya entiendo. Gracias hijo. Y dime-, me miró muy serio -¿No tienes nada nuevo que contarme?
Me confesé. ¡Lo juro!



miércoles, 2 de octubre de 2019

Por consiguiente:

Por consiguiente: las palabras final y feliz, no deberían estar contenidas en la misma frase rimando, indudablemente, con la palabra miedo, porque eso es un trío  donde solo eyacula éste, derrumbando  sueños sobre  realidades que tiemblan, no sabemos si de felicidad (al fin y al cabo o al cabo del miedo) o de frío, (a pesar del fuego), dejándonos rotos. Pero rotos así; reducidos a un saludo. Rotos hasta la espina dorsal. Bien rotos… como de costumbre.

lunes, 30 de septiembre de 2019

Y entonces

Y entonces, qué haces entonces…
No sabes si salir o quedarte…
Si morir o matarte…
Si pensarle a posta o sin querer…
Si encender o apagarte…
Pero sientes el impulso de seguir adelante por mucho que te arrastre el atrás.
Y así lo hice. Salí, anduve; llorando como a gotas impertinentes, moqueando pañuelos, irritando mis ojos que no paraban de llover… con una mano en el pecho que me aplastaba y me empujaba al ayer. Y entré a aquel bar y pedí las copas que quedaron pendientes y entonces me dijo “vamos” y aquella mano en mi pecho cayó desplomada butaca abajo; del me muero, a mis pies… y entonces.

domingo, 29 de septiembre de 2019

Su minuto de calor.



El gallo ha cantado tres veces. La lámpara se ha roto y mi vela es demasiado vieja para aguantar hasta su regreso. Tengo preparada la libreta, y mi lápiz está más contento que un niño en su primer día de escuela. El olor a café y pan recién hecho ya inundan la habitación. La madera cruje bajo mis pies espantando a la carcoma.
Me ha dicho que me contará todo y si puede me traerá un regalo. Siempre me promete un regalo. Pero cuando regresa, cansada de toda la noche, le pregunto qué me ha traído… Retira la tabla suelta que hay bajo la escupidera y guarda una moneda en el saco de terciopelo negro mientras exclama algo que suena a cuando olvidas un fuego encendido pero ya estás lejos. Patalea las mantas. Se abraza a la almohada y comienza a contarme desde la cama por qué ha tardado tanto si ya él estaba en lo alto. Entonces, mientras la cuchara golpea a jirones mi taza, pierde la vista en un punto situado lejos de mí, y ella; la tímida con todo el mundo -excepto con los extraños- me habla de su minuto de calor y de que no está hecha de queso, ni es tan fría ni tan pálida ni tan sola ni tan Luna. Y es cuando escribo.


"Su minuto de calor." by Pedro Lezcano Jaén.

viernes, 27 de septiembre de 2019

Tomar(te)

Con el calor que hace y yo aquí apagando un juego. Buscando remedios caseros, rezando a todos los santos, tirándome al diablo, leyendo libros de alquimia –qué bobita –, como si fuese un metal que se pudiera fundir.
Quizás, y no es de extrañar, intentar volver al principio del todo, cuando yo era sin ti; borrar la pizarra y tomar otra tiza, hacerlo deprisa, inventarte despacio, sea la solución. O un té; de fresa, de jengibre, de una mordida en tu lengua, o yo qué sé…si todo esto viene a ser lo que toca.
No hay nada que una buena taza de té no solucione cuando se trata de esquivar la trampa maldita que ansío en tu boca.



lunes, 23 de septiembre de 2019

EL GOLPE NO ES LO QUE DUELE

“El golpe no es lo que duele”.
¿Alguna vez lo hiciste?, –quererme digo-, con tu maravillosa declaración de intenciones al recorrer mis escotes diciendo, Calla. No te vistas así. Te quedarían mejor menos flores y ese verde cámbialo por gris. ¿Qué ola se atrevería contigo si te amo y bendigo, en las horas de luna de hiel?
Llenaste mi cuerpo de semáforos morados. Formaste un escándalo de tejados matando mis alas. Volabas en fuselaje entusiasmado. A mis hijos, los sentenciaste en otra dirección dejando estéril lo que ni disfrutaste a tu paso, arrancándome la piel para tu ego de un rato. Redoblaste mis esquinas en nombre de tu único y mísero nombre vendiendo sin farolas muerte en la vía recta. Aprendiste a no disculparte y culparme cada vez que las tormentas te alcanzaban. Olvidaste que lo imposible también es necesario…y ahora que ya es tarde, me toca recoger mis raíces. Tomar otro rumbo.
Me falta aire criatura Voraz y Veraz. Arma de destrucción invasiva. Naufrago, que esconde su basura por mi órbita.
Estoy a nada de sacudir tu rabia, placa a placa... de volver a llorar y llorar.
Puede que mi único defecto seas tú.
¿El golpe no es lo que duele? Dime: ¿Mereció la alegría?
Jamás negaré el breve vivir de los mortales. Cualquier martes… a medio día.



Autora: Rosy Robayna. PARA EL DÍA DEL CAMBIO CLIMÁTICO 27/09/2019

Caminando por la vida

Dicen que nunca es tarde. Yo siempre pensé que solo era más lenta. Nos conocimos en la puerta de la ortopedia. Él cojeaba de su pierna izquierda, yo de mi pierna derecha. Le dije que había dejado de buscar a mi alma gemela, él que dejó de esperar a su polo opuesto, y así, entre tropiezos, nos tropezamos. Los niños querían limpiar sus botas y a él le daba igual llevar una pierna de palo. Se sentó a esperarme y cuando salí, con mi alza puesta, contaba historias a los limpiabotas de cuando andaba a dos patas luchando en no sé qué guerra. Ese día se enderezó la vida y todo fue tan rápido que terminamos torciendo al fin los pasos mal dados, en dirección contraria, al punto medio donde la equis sí que marcaba al fin el sitio donde se encontraba lo más buscado.


miércoles, 18 de septiembre de 2019

Sigo cuerda de remate

Vuelve tu mirada.
Vuelve tu palabra.
Vuelve tu empeño y tus ganas, pero vuelve.
Vuelve la sonrisa doquiera que esté alejada.
Vuelve la memoria abandonada.
Vuelve, que no me sirvió de nada curar la herida sin sacar la bala.
Vuelve con tus letras frías y tu poesía caliente.
Vuelve por lo que más quieras que estoy rota… y escucharemos canciones
formando un revuelo con el alma al cielo y los pies sobre la derrota.
¡Vamos! ¿A qué espero? Quita el luto de las palomas de mis manos, del polvo de las mariposas y los pájaros en la cabeza.
Vuelve Cuerda de Remate, que por algo se empieza, y devuélveme otra vez al folio de la mujer despierta.



sábado, 14 de septiembre de 2019

Septiembre

Tal día como hoy, allá por el '68, ocurrió un milagro. Nació una persona que iba a cambiar muchas cosas en la vida de mucha gente. Que sin saberlo, iba a regalar sonrisas, alegrías, amor y cariño,... pero también acompañaría en los momentos más amargos, como la vida misma demanda.
Pero aún así, ella siempre tuvo esa magia, ese poder para cambiar pequeñas cosas que aunque no hayan trascendido a nivel mundial o hayan curado nada, para una gran cantidad de personas si que ha valido la pena ver, oír, sentir, tocar o callar.

Un ejemplo de lo que la creación del ser humano ha ido intentando perfeccionar a lo largo del existir, el ejemplo y prueba perfecta de esfuerzo y superación.
La mujer más querida por muchos y envidiada por otros tantos.
La que todo lo ha podido y todo lo podrá si ella quiere.
La que aprende y enseña.
La que se busca la vida por que la muerte viene sola.
La que dio la VIDA a 3 hijos y a personas que se han querido quedar a su lado simplemente por notar que es una persona que interesa, importa y aporta.
La cuerda de remate.
La mujer maravillas.

La mujer de mi vida... mi madre, Rosy Robayna C. A la cual quise, quiero y querré como nadie jamás será merecedor de algo así.
Feliz Cumpleaños Mamá! Te Quiero muchísimo!