martes, 29 de mayo de 2018

A diario


Llegados a este punto querido diario:
Parecen elásticos los que se me acercan, tensos, gastados, incluso pegajosos, y rebotando al otro lado de un solo tirón cuando les hablo de pasar antes por la vicaría. Entiendo que a mi edad, ya no está una para muchos trotes, parece que el estrenar les molesta, pero tengo una amiga que vive cerca de mi casa, en Barranco la Mina, que me ha dicho que por Internet hay una página llamada la última oportunidad.
 
Yo creo que estoy preparada:
Me envío flores para estrenar cara de asombro una vez al mes por si alguna vez sucede no me coja desprevenida. Mira que no me gusta verlas en ese búcaro moribundas dando su último aliento. ¿Seré rara? He dejado de ir al centro depilatorio porque ya da igual tener o no una selva ahí, o en otro lado, ya que sigo más sola que la nave del olvido, aunque siempre me asusta que me toque al fin enfrentarme a mi primera vez armada hasta las cejas de ese clásico que ya no está de moda, es que me han dicho que seguro que me toca cuando no esté preparada. Cuando menos lo espere. Lo malo es que siempre espero.

Página 27366.

RETO: Selva- búcaro- depilatorio- elástico

domingo, 20 de mayo de 2018

Grita a ciegas

El mundo se volvió loco y comenzó a dar vueltas, las otras vueltas, mientras mi copa era incapaz de apuntar a mis labios, yo rodaba pasillo abajo camino del aseo. El mundo se volvió loco y a mí me dio un ataque incontrolable de risa cuando la vi. Estaba despeinada como la que discute toda la noche con la cama, y gana la cama, la nariz roja, irritada, y una costra de sangre barbilla abajo. Se le habían roto dos uñas. Se dio cuenta al tocar el pómulo color uva que desentonaba con su blusa, pero acorde al color al que se iba tornando el blanco del ojo. El mundo se volvió loco cuando me pidió ayuda desde su mirada salada diciendo con la voz rota << a qué estás esperando>> y yo le respondí que no sabía qué hacer. Le abotoné la blusa con los pocos botones que quedaban y le acomodé el pelo sin soltar la copa vacía. También sin soltar la copa tomé una toalla y limpié sus piernas resecas de un blanquecino cruel. Ella me seguía mirando con un párpado caído; como cuando se cierra la cortina de un telón de una obra mediocre, pero el mundo se volvió loco y no quise devolverle la mirada porque sabía que estaba temblando. Salí de aquella habitación de hotel dejándola sola, reprochándole qué la hizo pensar que en una cita a ciegas encontraría el amor. Desde entonces huyo  de los espejos y ando como las locas.

jueves, 17 de mayo de 2018


RETO Nº; 21 Un reto con la frase... Allí, donde el sauce llora sobre el río...

“Quién será el que me quiera a mí…” Quien le dará la vuelta a mi mundo a ver si es más hermoso. Que enseñe a mis manos a hacer caminos, y mis ojos lo recorran con paciencia. A saber por dónde andará quien acabe con mis yo nunca y con todas las palabras terribles que atribuyo a las cosas bonitas. El que esté dispuesto a pasar por la vicaría aunque le diga que no. El que se fie tanto de mí, que no le importe preferirme vestida. Quien me deje decir la última palabra y dar el último beso, y el primero.
Que me haga volar sin tomarme en brazos y cuando me tome le apetezca pararse conmigo. El que me muestre que todas las notas también pueden ser si, y mis mejores acordes al timple comiencen por no sostenido. El que al leer mi poesía, dude de si me conoce todavía y tenga interés en conocerme. Quien deje una nota “nos vemos allí, donde el sauce llora con el río o “si quieres volver a cenar conmigo cuando las luciérnagas estén volando…” En definitiva: Vete tú a saber dónde estará ese que sin ahogarme pueda inundarme y sienta; “esa clase de certezas que solo se presentan una vez en la vida”.