sábado, 22 de mayo de 2021

Te quiero

 Te quiero Loco, por decir no cuando digo sí a nuestra química, mordiendo mi boca durante el funeral de mis mariposas. También te quiero mordiendo tu labio y arrugando tu nariz al pensarme, sabiendo que estamos demasiado ocupados como para perder nuestro tiempo. No sabes ni sabrás cuánto te quiero, ni por qué huyo siempre de eso de estar todo el día enviando mensajes, subiendo a las redes cada uno de los viajes que mis zapatos dan. Te quiero, Loco: sintiendo que no vale la pena enamorarnos porque en cualquier momento te puedo decir que estoy demasiado ocupada cambiando el canal de Atresmedia escribiendo durante los anuncios de siete minutos, o que te prefiero en mi cama cuando estás más cansado; sobre las dos de la mañana y a contracorazón. Y es que me quiero, y mucho, fuera de la lista de caprichos que atesoras. Y no: no me quieras ni por asomo porque eso sería con el tiempo lo normal y lo normal es aceptar tu locura y que sigo lo suficientemente ciega, seguirte adonde vayas, despertar cada noche juntos, despedirnos cada mañana y discutir sobre qué película ver el fin de semana.

Y me iré sin entender cómo la sensatez constante, abordó tu cabeza, ni en qué momento dejaste de entender estas letras, ni yo lo que realmente querías. Ni cuándo dejaste de ser ese loco maravilloso, enamorado de la vida, que no necesita de nadie, para convertirte en ese ser que de repente, acepte quién soy como un algo innegociable. Y te preguntaré que si estás loco, que quizás en otro momento, “que ya te aviso si eso”, y te partiré en dos, como haces conmigo.

jueves, 13 de mayo de 2021

Quién sabe


Si hubieras estado aquí estarías a tus anchas, me quitarías el sitio y los besos que me sobran, y no me quedaría otra que pegarme más y más a ti, anotando entre tus piernas que hemos alcanzado el éxtasis por segunda vez.
Si hubieras estado aquí, podría espantar a toda esta gente de la fila. Con cara de boba diría bajito, Sígueme el rollo. Y en voz alta, Cariño: tu novia está detrás. Y responderías, Voy a saludarla.
Si estuvieras aquí, me dirías que menos hielo, y yo que más cola y sin limón. Y después del potingue susurraríamos al unísono, ¿Quién dijo miedo? Y lo haríamos.
Si hubieras estado aquí, no me habría marchado a comprar flores, ni caminaría por Triana justo antes de las once importándome poco el toque de queda, ni vería bobocientas veces nuestra última película, -fuerte mierda, ¿verdad?- ni pensaría que esta canción que suena es ahora más quimera que nunca, porque espero un milagro.
Si hubieras estado: no estaría escribiendo algo tan efímero, no al menos aquí, sino intentado acabar mi primer sudoku en tu espalda.
Si te hubieras quedado tan solo un poco más, no habrías pensado que esto de quererte es un plan malvado para jodernos la vida.
Si estuvieras aquí y ahora: la nostalgia no me preguntaría, ¿Cómo juzgas a quien no ama? Ni yo a quien se enamora.
Y es que, querido amigo: nadie debería jamás dejar algo así a medio hacer; con la vergüenza revoloteando en el estómago y el corazón en medio de un campo de ruinas.

Quién sabe…