viernes, 29 de mayo de 2020

Videollamada



Ay, cuando anunció la telebasura que se creó una criatura, y también el canariasiete que si lo dicen ellos, será verdad o mentira, como cuando murió Chanquete.
Y me pilló de sopetón esto de estar confinada, ni una Bíblia en toa mi casa. Sólo el libro de Dalí y el cine, el que se desdibujaba.
Llamé corriendo a mi hijo, Anota bien por ahí: azúcar y gofio de millo, manzanilla, vino y un paquete de maní. ¡Ah!, y otro de papelillos. Trae agujas, una muñeca. Sí, yo sé lo que me digo. Y lleva de paso a tu abuelo, la jarra de caramelos que no le dejarán salí.
Con la misma que colgué llamé al cura de mi barrio, por si había algo que hacer, Si no me da la comunión, maldita sea mi hora,  deme la extremaunción, que si el diablo está Casado llegará antes el hambre que el virus que sale en la tele.
Mi hijo vino con vino, pan, leche y azúcar, una harta de papel pal baño, como pa´ tupí un retrete. Una table, un portátil, velas y hasta cerillas, fósforos, tú ya me entiendes, por si la cosa pintaba más que mal, jodiila, y había algo que alumbrar, Ma: no sé, cuatro paquetes de velas por si La farola del mar. 
Y dijo con mucho pesar, Mamá, mira, ve al golpito, así se maneja el guasá, el yutú, el LABC y el istagran…
También me aconsejó mi chiquillo, que en el veinticuatro horas, leyera como si se tratara de hacienda, muy bien la letra pequeña, que resumía al dedidllo el caso de la pandemia.

Así que cancelé mi vida por esto del ufo o el virus, a saber qué coño ha sido, y logré con mucho apuro, hacer una vídeo llamada.
-Chicas que no nos morimos, si  rezamos yo confieso –advirtió la Magdalena.
<<Malamente empezamos>> pensé atándome el pelo con un noris del dos, o el cuatro, mirando en la televisión a un tal; no sé qué Simón, que tenía toas las papeletas pa´ ganarse cielo y sueldo, que daba el listado de muertos y hablaba de los contagios, como pa´ mí sola, sin batiburrillo ni cantaletas.
-Con eso no vengas con eso, que al del Soe preocupa´o, se le viene España encima -dijo la Mariacristina con la manita en el pecho fingiendo estar compugida.
La fogalera de Marta, viendo La que se avecina, gritó, Pues que tiren de la manta. O mejor de la cortina.
Magdalena apunto de lágrimas, con un rollo de papel, se iba sonando los mocos interviniendo otra vez:
-¿De qué cortina me hablas? Estás como una caracola. Si ahora en la fase dos, me plantan un listón negro que me causa depresión. A la hora de la novela, durante to´ el telediario. Si ya veo el noticiario más negro que el carbón, y encima no entiendo na´ del politiqueo del corazón.
Y así, sin darnos cuenta, entramos en discusión, Que si asesino, que si once eme, que si sí, pero era no.
-Fuerte lío están montando, si ésto no hay quien lo entienda, -dije más bien como pude porque el guifi, o lo que fuera, fastidió mi conexión.
Retomando la llamada la cosa andaba escaldada.
-Nos ataca una pandemia y estos pierden la razón -negaba con la cabeza la Marta en su explicación.
-El tino, pierden el tino, echando en cara que nunca el agua convirtieron en vino. ¿Tú qué dices, estás conmigo? repetía Mariacristina, nuevamente compugida, alzando menos la voz.
-…
-¿Yo? vaticino lo peor -sentenció la compugida.
-Ya salió la enterailla -cómo odio a las profetas-, hágale caso al Illa  y no al de más cara que jeta –dijo la Marta muy seca dividiendo al grupo en dos.
-Dios me asista, dios me asista, que hasta dicen los de ciencias, Tres horas de digestión por cada una de noticias -decía la Marta aterrada mirando el televisor.
-¿Dios te asista? Si, Señor: que sea con mascarilla que si seguimos así, volvemos a la peseta -se reía la Magdalena entre tripa y corazón.
Con mucho susto en el cuerpo leí la letra pequeña que mi chiquillo me dijo:
-Ay que me da una perreta, que dice el veinticuatro horas que graban las videollamadas con detalle y precisión.
- ¿Por si hay un golpe de estado?- Preguntó Marta asombrada.
-Será por la ley mostaza y la falta de educación –respondió la Magdalena con una fuerte convicción.
-O será que  se queja poco ese de la oposición -dijo Marta asombraíta pensando en perritos calientes.
- Hasta mañana mi gente –dije- Mañana será otro día que ya estoy sin batería.
-…
Y la cacho conversación sin querer quedó grabada. Jodida vídeollamada. ¿De ésta iremos a prisión?


jueves, 14 de mayo de 2020

Querida Katherine Hrdalo

Querida Katherine Hrdalo:
Estoy paralizada en la cuerda floja del primer escalón. Aquí me detengo en la página diecinueve de mi borrador porque he perdido el Arte del Miedo; escribir como las locas.
¿Será que el cuerdo escribe como los cuerdos y el escritor locamente? Yo digo que sí.
Mientras los asnos ocupan el cielo, he alcanzado el deliro. Una tremenda inutilidad quiere acabar conmigo, y mira que he padecido muertes intermitentes durante mis cincuenta y un años de recorrido hacia la muerte.
Las musas, ángeles de mi desgana, no soportan a esta endeble que niego tres veces y me suplican, Sube, no mires atrás o serás sal.
Todos mis esfuerzos han sido estériles.
Esta estación, tiene la llave de la cárcel de puertas abiertas que me custodia. Condena a mi corazón a latir al compás del toque de queda, mientras mis venas se corroen susurrando, Todas las noches son el día.
Cae la tarde Katherine, y me derrito entre lágrimas suplicando:
Volver a poner los pies en el bendito infierno donde el hambre y la ardentía gritan ignorados.
Que vuelva el puro Arte del Miedo al que enfrentarme como única salvación.
La gloria de lo incierto que antes padecía.
Y, que mi teclado deje de gritar una y otra vez, Ese cielo raso era mentira.


Un saludo. Y salud.