viernes, 23 de septiembre de 2016

Parece que están solos



¿De verdad estamos tan solos o son sólo los poetas?
¿Acaso calla la letra del que no expresa en palabras?
¿Acaso calla la voz como si no pasara nada, por pudor o por vergüenza?
¿Son sólo los poetas por locos irreverentes, los que se atreven a despejar dudas 
y  pensando dejan las mentes?
¿Son acaso ellos los que se atreven y arriesgan a escribir qué piensan, qué sienten?
¡Pobre poeta, y bendito, y maldito!
Que también escribe Odas al amor que alcanza
 y al que, por perversión de la vida, pierde.



Rosy Robayna C. 23/09/2016

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Nunca nos diremos adiós






Aún no sé resumirte en pocas palabras, tengo escrita la primera, "Amor" y aunque se me va olvidando tu voz, conservo cada una.

Hice tantas pausas para escribir poemas, que emborroné, como cuando niña, mil cuartillas y terminé seduciéndote entre letras, y hoy.... hoy vuelvo a ser la que te llora entre líneas.


Te rezo un "nomeolvides" en las noches, Quizás escuches donde estuvieras, y aunque el día no es gris, como el de tu partida, el claroscuro y la rabia quiebran mi llanto, mi vida, que muere por segundos y que calla en la nostalgia. 


R.A.M (14/09/09)

Rosy Robayna  (14/09/1012)

viernes, 2 de septiembre de 2016

Todo se derrumbó



Cuando todo se viene abajo me suele gustar. Dirán que  soy masoquista pero masoquismo, quizás, es tener un cúmulo de sensaciones y sentimientos aplastados contra el pecho y no dejarlos salir por temor, o prudencia, o decencia, o clemencia, a herir o ser heridos, el “peor aún” lo pone cada uno entre la coma (,) que quiera. Me refiero al desastre total, no el desastre a medias que te obliga a dar oportunidades, esas del “temor…” y todo lo que  conllevan.
Cuando todo se derrumba, dando igual quién causó el desastre, te quedas mirando todo lo que hay por recoger, el estado de daños, y tienes dos alternativas, una: dejarlo ahí e ir pisando a tu paso todo lo que yace en ese suelo y desquiciarte entre la mierda, y dos: aprovechas para tirar lo roto aunque tengas apego, lo que no servía, lo que sobra, lo que hace tiempo no utilizas e incluso lo que te quedaste por cortesía pero en realidad no te gustó en la vida. Puede que te quedes con algo que al caer no sufrió daño alguno y lo puedas utilizar para un futuro.
Cuando todo se derrumba es un caos, un parón en seco, un aspirar aire y sentir que jamás saldrá este aire a tiempo de tus pulmones bloqueando la salida y la nueva entrada. Pero cuando por fin sacas la basura y la tiras y regresas ¡qué maravilloso espacio te espera!
 La noche: momento oficial para venirse abajo cualquier estantería que ya lleva años, meses o semanas, incluso sólo unos días en tu vida, y no ha tenido mañana para caer y lo decide mientras duermes, durante el  alto riesgo de morir de un infarto y como causa/consecuencia, el brusco cambio de ritmo cardíaco que te provoca ya que pasas en cero coma de unas sesenta pulsaciones por minuto (por decir algo que no pienso buscarlo en Internet) a doscientas cincuenta.
Lo dicho, vuelvo a tener espacio y a pesar de que todo se derrumbó no me da miedo volver a ocuparla.

Rosy Robayna C. (2016)