Y entonces, qué haces entonces…
No sabes si salir o quedarte…
Si morir o matarte…
Si pensarle a posta o sin querer…
Si encender o apagarte…
Pero sientes el impulso de seguir adelante por mucho que te arrastre el atrás.
Y así lo hice. Salí, anduve; llorando como a gotas impertinentes, moqueando pañuelos, irritando mis ojos que no paraban de llover… con una mano en el pecho que me aplastaba y me empujaba al ayer. Y entré a aquel bar y pedí las copas que quedaron pendientes y entonces me dijo “vamos” y aquella mano en mi pecho cayó desplomada butaca abajo; del me muero, a mis pies… y entonces.
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