Creo que las letras
cometen un enorme error cada vez que intentan explicar en dolorosas frases qué
se siente, qué duele o a qué olía, por poner un ejemplo, en cualquier instante
descrito. Qué fácil culpar a las letras y no al que escribe. Lo mismo sucede con el cine o cualquier tipo de arte y por lo tanto,
generación tras generación escribimos sobre lo mismo, intentado describir todas
esas emociones y sensaciones sin quedar del todo satisfechos, conjugando de
infinitas maneras las palabras aunque nos remitamos alguna vez a ciertos
eruditos del arte para simplificar lo que queremos mostrar. Partiendo de esa premisa, escribo.
23/11/2016 Rosy Robayna C.
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