domingo, 21 de mayo de 2017

La carga

Con la compañía que le sobraba a tantos de tantos se conformaba como quien no quiere la cosa. Adicta a un quizás. Guardó el tocar fondo en la despensa. El corazón en la nevera. Las lágrimas debajo del sí. Besó despechos al portador mientras resbalaba el color de la mujer honrada patas abajo probando ese “Es lo que hay”   Claro que pensó que podía vivir sin él, como vivía esos domingos involuntarios sin versos en que esperaba a un Machado que se quedara a su lado solo por quererla querer. Malgastaba  en cualquiera lo que le viniera en gana, sin ganas de quitarse  la blusa y mucho menos las bragas. Luego juraba con rabia que no lo volvería a hacer. Nunca amor, nunca placer.  Sentía el ardor de la cobardía retomando esos principios que inyectaron en sus genes subastando el corazón, frío y desesperado,  al peor postor. 





2 comentarios:

  1. Es ojo un vivir sin vivir o a lo que venga. Igual es la precursora del "guardar como" de los textos que van y vienen en nuestro PC

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