La poesía es un querido diario, la última noticia, el
epitafio. Una noche de placer y placeres malvividos. Un lindo amanecer y
amanecer que no es poco. El amor al
nacer y el odio destapado. Un niño perdido, el no nato. Un reportero en la
guerra, en la tregua, en primer plano. Un grito al amanecer, un anochecer que
no llega o el eclipse a la esperanza. La muerte en mis talones, el disparo sin
tregua. Morir con las botas puestas, viviendo cualquier sin vivir en mí con mi
tacón en tu boca, con el cuerpo amoratado. La esperanza, la mala marea, la érase una que fue, y un pudo ser que no fuera. Dos que se aman y jamás se
entregan, tres queriendo sin querer. Un puño en alto, una rodilla al suelo, una
lágrima en la arena, lo que más duele, ¡la vida!, la cura, la herida. La poesía
es una verdad mezclada con mentiras; que crees que te deja ciega. Es tinta y
payaso, un globo en el aire que explota con la risa de una niña amargada, mientras
otra ríe puñetera. Dramática, atípica,
moderna, vestida y desnuda, llena de dudas y malos tragos, locura y cordura, es
paz y tantas cosas… que es mi esperanza de ser o no ser; la adicta a las letras
que te piensa a todas horas.
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