Las quejas de este siglo huelen a cerrado a moho a sofá que
aguanta todo. Las quejas de este siglo se copian y pegan, se quejan de sí y no
se quieren dar cuenta a fin de cuentas. Las quejas de este siglo están llenas
de errores, pero eso es lo de más. Están faltas de información y formación. Las
quejas de este siglo están llenas de resentimientos, de lágrimas del pasado
siglo que nadie ve; empolladas al dedillo, olvidadas de un revés. Y es que a los de la vieja escuela no nos
sirven los recambios, y no nos salen las cuentas, ni por
justa media ni en su justo grado ni en el más podrido juicio.
Genial, es como un microrrelato analítico de gran parte la sociedad actual.
ResponderEliminarGracias. Eso pretendo al escribir...
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