Me han
dicho <<así como quien no quiere la cosa>> que estoy loca y he
sonreído. Me ha gustado tanto como cuando me dicen tonta y luego me besan.
Tanto como la calma que siento al margullar hasta quedarme sin aire. Más que
cuando me dicen guapa, chiquilla, flor... cielo… Mira que llamarme loca con tanta
gracia hasta me seduce. Como cuando él me habla acariciando su mejilla diciendo
que no está mal mi nombre aunque suene a un poema lleno de espinas. Qué gracia
me hace eso de “loca” parece hasta ridículo que me guste. Todo lo contrario a
que me digan que estoy herida y me roben un beso, y cuerda de remate desaparezca porque nadie pudo ser tan verdad, ni tan cierto.
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