lunes, 21 de septiembre de 2020

Anda

 

¿Puedes salir a jugar? Juguemos a matar ratos. Yo bajaré mi bolsa y algo de regaliz.  Trae un chicle de fresa, enrédame con tus dedos. Cuéntame hasta diez, caramelos, si lo precisas, y seré ese lugar remoto que te queda tan bien aunque tengas prisa –el chicle es para compartir-. Llámame que ya bajo. Réstame lagrimitas, 3,2,1, como si sólo con desearlo se fuera a poder cumplir. Ábreme poesía, y no te burles de mí cuando no cuadren mis rimas, tonto, del calcetín a la rodilla, antes que den las en punto, asonantes, del reverso y yo me tenga que ir. Y te plante un, No te ajunto, Que no se vuelva a repetir, ¿Jugamos mañana? Venga, Ya quedamos si eso.

Y cuchichea en mi oído:

–Anda. Pásame otro beso.


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