miércoles, 23 de junio de 2021

Quién sabe.

 Si hubieras estado aquí estarías a tus anchas, me quitarías el sitio y los besos que me sobran, y no me quedaría otra que pegarme más y más a ti, anotando entre tus piernas que hemos alcanzado el éxtasis por segunda vez.

Si hubieras estado aquí, podría espantar a toda esta gente de la fila. Con cara de boba diría bajito, Sígueme el rollo. Y en voz alta, Cariño: tu novia está detrás. Y responderías, Voy a saludarla.
Si estuvieras aquí, me dirías que menos hielo, y yo que más cola y sin limón. Y después del potingue susurraríamos al unísono, ¿Quién dijo miedo? Y lo haríamos.
Si hubieras estado aquí, no me habría marchado a comprar flores, ni caminaría por Triana justo antes de las once importándome poco el toque de queda, ni vería bobocientas veces nuestra última película, -fuerte mierda, ¿verdad?- ni pensaría que esta canción que suena es ahora más quimera que nunca, porque espero un milagro.
Si hubieras estado: no estaría escribiendo algo tan efímero, no al menos aquí, sino intentado acabar mi primer sudoku en tu espalda.
Si te hubieras quedado tan solo un poco más, no habrías pensado que esto de quererte es un plan malvado para jodernos la vida.
Si estuvieras aquí y ahora: la nostalgia no me preguntaría, ¿Cómo juzgas a quien no ama? Ni yo a quien se enamora.
Y es que, querido amigo: nadie debería jamás dejar algo así a medio hacer; con la vergüenza revoloteando en el estómago y el corazón en medio de un campo de ruinas.

Quién sabe…

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