miércoles, 26 de octubre de 2016

La plaza

Ayer charlaba en la plaza con mi hija y una amiga de esta. Había quedado a las nueve, pero faltaba aún una hora y no me querían dejar sola. ¿Cómo no me voy a quedar sola en un lugar que me trae tan buenos recuerdos? Me tratan como a una persona mayor. Ya, ya sé que soy mayor que ellas, ¡pero no soy una anciana por favor!
Mirábamos fotos del nuevo miembro de la familia, hace tres día nació mi primer sobrino nieto pero, mientras hablaba, se me iban los ojos a las fachadas nuevas, modernas, que dañaban la vista y los recuerdos, incluso a una mal entendida en arquitectura como yo.. No sé a qué lumbreras se le ocurrió algo así, lo mismo pasó con el Teatro y aún no lo he superado Mis ojos cargados de recuerdos intentaban ver la fachada anterior a esa aberración que hay hoy en la esquina de la plaza, frente a la sacristía de la iglesia. No es que no prestara atención a las chiquillas, es más, era yo quien hablaba como una cotorra desde mucho antes de sentarme en aquel banco y observar al barrendero con qué "arte" iba apartando, barriendo, las hojas caídas, con una hoja de palmera, en este otoño tan caprichoso, como siempre, de llenar de hojas cada rincón y cualquier hueco que encuentre libre en esa piedra que luce el suelo de la plaza desde hace décadas, al menos las que yo recuerdo. Entonces vimos a lo lejos dos perros, uno de mayor tamaño que otro, pero no me pregunten razas porque tampoco entiendo de eso (voy a tener que plantearme seriamente ese tema de no entender de ningún tema) Al pequeño le faltaban las dos patas traseras, pero le habían instalado una especie de bolsita con correa que rodeaba su cuerpecito, un  pantalón con tirantes, para que me entiendan, que arrastraba alegremente por el suelo mientras retaba a su amigo canino, tres tallas mayor, a jugar a lo que fuera.
Entonces le vi, le miré a la cara, pasó delante de nosotras despacio, mirando tranquilo la plaza e incluso detuvo la mirada en aquel, por una hora, mi banco. También llevaba una correa tirada por un perro, pero yo detuve mi vista en sus manos que por cierto,eran preciosas.



Rosy Robayna C. 26/10/16


6 comentarios:

  1. Pues es muy bonito, me he sentido....como si fuera yo la que estaba en esa plaza...que recuerdos. Una lástima que hagan esos cambios en el casco antiguo. Precioso Rosy, gracias por llevarme a mi niñez con tu relato.

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  2. Precioso hermana y una verdadera lástima que no cuiden lo antiguo y rompan de ese modo el encanto de las zonas antiguas.

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  3. Precioso hermana y una verdadera lástima que no cuiden lo antiguo y rompan de ese modo el encanto de las zonas antiguas.

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  4. Vegueta y mi niñez y adolescencia vivida en ese mágico casco antiguo von su esencia a flores permanentes.Gracias Rosy

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