Te reto
Yo escribo sin remitente y tú dices te quiero.
Tú saltas la barca y yo soy el barquero.
¿Más claro? Espera que comienza el juego:
Pongamos que yo alquilo el apartamento y pago las rentas, mientras tú pares a tiempo a los hijos por los que revientas.
Tú me esperas ignorando que las horas extras se pagan tan
baratas, mientras yo malgasto en otras camas el dinero de los dos.
Tú improvisas besos por si acaso y yo te busco vengándome con un ataque de tos.
Tú compras sábanas que no estrenaremos nunca y yo me la
juego a perder el aroma de los polvos que me negaste.
Yo me quedo con el don de ser absurda y con una sola neurona
y tú sales victorioso cuando firmemos en blanco ese jodido divorcio.
Tú envejeces mientras yo maduro, ¡o mejor!; nos miramos seriamente a la cara a ver quién revienta antes.
Buenísimo. Una pena esta realidad
ResponderEliminarSí que lo es...la esperanza de igualdad está lejos aun.
ResponderEliminarEl dolor que se desprende de este relato es fruto de una frustración de género. Cuánto lo lamento, amiga. Es labor de todos que las cosas cambien. De TODOS.
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