Quieres llevarme a tu mundo y repasar todas tus excusas –la ilusión
de mi vida-. Quieres explicarte el por qué no debo quedarme. Explicarte porqué sientes
que te invado. Explicarte a ti mismo, en voz alta, a cámara lenta y con banda
sonora –que es como se explican los protagonistas- una y otra vez qué fue, cómo
y dónde latiste tan rápido o paraste tan lento.
A mí me da igual. De veras. No me
importa cómo sufriste más que nadie, ni cómo te partieron en tres y andas por
el mundo buscando tu última parte. Quién
te dijo que puedes bajarme de mi infierno y sin salir ileso derrapando en la
curva de algún cielo. A mí que me secuestraron los huesos y los conjugaron
también en pluscuanperfecto partido. A mí que nunca me llevaron flores a sus
cementerios improvisados. A mí que me educaron a la moda, al gusto, al oído y
al esto es lo que toca, y un día dije que ni cuerda ni loca. Dime quién puede
sacarme de mi infierno y poner fronteras donde jamás se divisó un horizonte.
Explícatelo, que cuando te lo expliques más, lo entenderé menos.
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