martes, 23 de julio de 2019

Tan tanto.


Yo, elegí el vicio de su boca -y porque el mundo me ha hecho así-,  me tocó perderme en su silencio y ser ñoña al escribir. Vulgar al besarle. Estúpida al nombrarle. Valiente al amarle. Zorra al hacerlo.  Astuta jugando a olvidarle.
Él, era tan tanto; para quererle, para cuidarlo y mimarlo. Tan frío. Tan suyo. Tan piedra.
Yo, -que estuve ahí-, no volveré -a sentirme así-, con alguien tan perfecto… como innecesario.



Obra: Remedios Varo


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