Dicen que dios le da sombrero a
quien no tiene cabeza, será que solo tiene corazón. El último modelito no ha
sido para mí, color verde esperanza, verde hierba, verde envidia. Amó la
belleza y la juventud, mas yo lo sabía. Fui su maniquí; un escaparate que lucir
entre tantos menganos envidiosos de su posesión. Siempre esperanzada de que
algún día me quisiera. Sabía que tarde o temprano, este su maniquí, no le sería
suficiente, en realidad jamás amó mi interior. Le entregué mi juventud y donde
sonaba cruel yo hice sonar tambores, platillos, bongos, reanimando sus recaídas
y tomas falsas. Ahora me siento como una hermosa manzana que partes y está
podrida por dentro de tanto manoseo o golpe, y ya se sabe qué se hace tras
partirla ¿verdad? Él me amó sí, como la carcoma a la madera.
viernes, 14 de abril de 2017
miércoles, 12 de abril de 2017
AD- VERSOS
¿Qué ha sido de ti y tus <Cantos
de poeta>? No quedó nada de aquel <Campos de Castilla> con la espalda
doblada y bandera en alto, mientras arabas protestando por tanta <pandereta>.
Recuerdo, muy niña, se alzaron puños gritando <Libertad sin ira> Ahora
pretendemos cambiar la vida desde el sofá y
los púlpitos, condenados entre el lujo de una mordaza y la verborrea que calla
la voz impulsada por la caja tonta, loca, absurda, mentirosa, engañosa y
tirana. No cabe duda que entre ídolos publicitarios y escribientes ya dictados
no están las respuestas. Y mira que entraste en tu burra vitoreada, libre,
aclamada, pero no eres ni la sombra de lo que eras ni pretendiste ser. No
tendrás salida por pereza desde Tu Santa Siesta, y miedo. Con el coraje muerto
estás crucificada sin esperanzas de resucitar. Tengo una gran pena dentro de
esta soledad, un grito; <..qué raro
que me llame Federico>, tu venda en el suelo, tu fingida ceguera. Lo nuestro no funciona España; Ni de camisa
blanca ni de esperanza.
lunes, 3 de abril de 2017
Por un beso
No vuelvas a besarme sin quedarte para asumir las
consecuencias, que adicta a tu boca por tu buena intención y con síndrome de
abstinencia, ya no tengo sueño, sueño despierta, sonrío al pensarlo, obsesiona recordarlo y
pierdo las llaves, y la santa paciencia. Ya te maldigo de antemano y aunque no
quisiste lastimarme, te lo juro por mi muerte que estoy herida de
vida viviendo una muerte lenta, por un beso inesperado que me mató aquel día y me resucitó al instante.
domingo, 26 de marzo de 2017
Olvido
Aléjate todo lo que puedas. Sigue
fingiendo indiferencia. Ensancha tu orgullo del que eres esclavo.
Te hará falta más que fingir que
no te quiebras y francamente, llámame ilusa o terca pero…no habrá distancia que procure
esa cura, el temor del que te aquejas.
El olvido no será veloz, ni el antídoto ni el remedio tener conciencia. Ve.
Inténtalo. Ya sé la respuesta, pero no olvides que en el olvido, tienes la
sentencia.
Llora poeta
Llora el poeta y la mujer que lleva dentro:
Nací aspirante a poeta, creí en
cada romance, verso y que el amor contiene todas las recetas. Me atrapaste en
tus estrofas como en una telaraña en la que cae la lluvia y la peor de las
tormentas. Ahora mi oficio es olvidarte, escribo, y lo único que consigo
es ahogarme en letras.
sábado, 25 de marzo de 2017
Julián
Lanzaba cada día el biberón desde
su cuna al terminar el desayuno y el resto de leche y gofio se extendía por
toda la habitación. Sonreía agradecido mientras yo le miraba aguantando la risa
con cara de enfado y él babeaba el último sorbo. Le tomaba en brazos y
cruzábamos las miradas retándonos a ver quién reía primero, guardaba el eructo
para ese instante, ese del cara a cara en que jugábamos a ver quien se quería más, y volvía a sonreír. Mientras le lavaba la
cara, en el lavamanos, le soltaba el
sermón del “eso no se hace” pero él metía sus manos hasta el codo mojando todo
lo que pillaba. Luego le cambiaba diciéndole que algún día mis nietos le harían
lo mismo y le abrazaba suspirando en su cuello, queriendo atrapar en mis
pulmones su aroma a mi niño. Durante todo el tiempo solo sentía ganas de
abrazarle. Ayer me sentí mareada y me ayudó a sentarme.
martes, 21 de marzo de 2017
Poesía
Tiene todas las virtudes y mis mayores defectos.
Cómplice de mis sensaciones; juez de una sola sentencia.
Obligada a pronunciarla, a quererla como a nadie, me incita y seduce, me hace llorar y extrañarla, provocando en mí desgana, como hoy, en este instante,
que resucite del fango, del negro que me acorrala, del seco aliento que queda, de mi sonrisa apagada, del peor de mis acentos, quien en mis letras confía:
La bendita poesía
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