Cuando vienes a mi mente siempre lo haces con una sonrisa. No recuerdo ninguna fotografía en la que no sonrías. Te llevo de la mano a la escolanía, al cole, a mi casa… o te rescato de Triana antes de que se entere mamá que bailas con Juani para conseguir vuestro primer micro porque tu gran sueño es cantar y bailar. Te pierdo en almacenes Simago y te encuentro donde los discos -qué susto, nunca te lo dije-. No recuerdo, a pesar de los años de diferencia que tenemos, mi vida sin ti. Te veo bailando y mostrando tus nuevos pasos. Cuando cambiabas mis letras a tu antojo convirtiéndolas en un disparate que te hacía partir de risa logrando una rima escandalosa. También te veo cuando descubriste aquel verso de Camilo “el pájaro de nieve”, y sonrío al recordar la cara de Mari como consecuencia. A Tere de escudo por si acaso y a Ada tronchándose a tu lado agarrando su tripita cómplice de tus perrerías. Preguntando “qué tal lo hago” esperando nuestra aprobación.
jueves, 3 de febrero de 2022
A mi hermano
lunes, 29 de noviembre de 2021
Me suena
¡Un brindis!: ¡Por los amigos del nunca acabar!
Me mira; o mira un
punto en la lejanía, pero me incomoda. Soltamos las copas al escuchar al resto
reclamando la comida a carcajadas.
Vuelve a mirarme.
-No estoy llorando- le digo-.
¿No ves que es la cebolla?
Va a lo suyo.
Refunfuño bajito y ni
se entera, No; No es por el leñazo que me acabo de dar con la puerta de la
alacena mientras tú me miras. Y sí; estoy bien; aunque ni preguntes., Qué feo
eres cuando no me miras!, pienso.
Nada. Está concentrado en
la tabla, picando tomates. Mezclándolos con crema de leche me salpica.
¡Al fin resuella!
-Imaginas si te ven así
en este momento -dice sonriendo.
-Sí, quedarías genial
machote; y yo a saber -respondo lamiendo el goteo y paseando mis dedos por los
labios provocándolo. Pero nada-. Vamos que están éstos esperando.
Le miro a la cara. Me
suena, y recuerdo que fui tras él y nos quitamos la ropa. Y nada. Terminamos… bueno…
terminamos en un, Aquí no ha pasado nada. Porque sé leer sus silencios y todo
lo que sigue tiene que ver con querer de otra forma.
Me uní al grupo como cualquiera de aquel montón de gente, así como por categoría: quien la caga y se disculpa, un sitio donde estar, quien avisa de que tienes tomillo en un diente, una palmada en la espalda, un sonido concreto; un adiós intermitente.
martes, 5 de octubre de 2021
Siempre juntos
Anoche hablaba con unos amigos sobre lo que escribo y por qué lo escribo. Uno de ellos me amenazó diciendo que la mejor forma de joderme, como futura escritora, sería descubrirme ante las redes sociales, desmentir que estoy aquí sentada ante un cigarrillo que se apaga humeante llenando el habitáculo de humo, llorando un pasado que aún duele. Deseando un futuro que no llega. ¡Qué hijos de putas pueden ser algunos eh! Espero que al menos cobren treinta monedas, o algo, y nos alcance para otra copa.
lunes, 19 de julio de 2021
FRANCAMENTE.
Hacerlo a besos y mordiscos.
Hacerlo de pie y en la cama.
A la mesa - y por qué no- desnuda o armada
entre tu caza y mi rendición.
Dejé pistas en todos los rincones.
Yo misma llamaría a urgencias.
Y vas y me dices
que soy demasiado.
Desde ese entonces prefiero a la gente
que promete algo que no puede cumplir.
domingo, 18 de julio de 2021
A tu pregunta:
Te recuerdo
Teoría del Todo.
Qué ignorante creer que soy distinta si la premisa
es que somos iguales (¿probable, posible?)
Cuando me partí la sesera contra la puerta grande me
dije: bienvenida al mundo real, hemos llegado por fin a este extraño planeta
que no toma en cuenta la cantidad de atardeceres y trata como enemigo al amor y
todo lo demás como al mejor de los placeres.
Tampoco es para tanto (ahondo en la herida) será
cuestión de suerte si mis ojos no andan con tantas ganas de verte.
Tampoco es tan tonto (supongo), Windows más o
ventana menos, pensar que mandar a la humanidad a la porra por falta de tacto sea
lo más sensato.
Es increíble que aun los pájaros me sigan mirando
como si no me conocieran o que los perros pretendan una amistad (pienso ahora)
y que ser “humano” siga siendo un halago o la excusa perfecta para eximirnos de
una carga.
Estoy convencida (cotorra de mí) de que escribiendo
me desnudo con mis mejores galas (aunque esté pasada de moda) y el alma se me
sigue consumiendo en un ingrato pis pas.
Y puede, puede, puede, que algún día, después de
tantas metas, resoplando una sonrisa, algún desconocido dolido me llame, como
quien no quiere la cosa, al fin Casualidad.
Y así con la derrota entre mis manos culpando a este
planeta por crear cosas maravillosas (el más certero motivo) mis letras resuciten
de un campo malva por la puerta de atrás y el viaje mereciera la pena del Todo.