Nunca fuiste un espíritu libre. Nunca empuñaste un arma, ni
una bandera, y sin embargo, jamás te sentiste
atado, hasta ahora.
Mantienes mi chispa, farfullas entre dientes que soy un
misterio pero,
ves girar las manecillas a segundos sintiendo que, no puedes
hacer nada por retenerme. Dices que controlas, que es un privilegio sentir solo
por sentir de lo bueno lo mejor. ¡Venga hombre! Dime que cuando me tienes
frente a frente te ciega la verdad.
Arriba las manos, esto es una farsa… a la que llamamos Amor, -con mayúscula, en negrita y en peligro de
extinción- y en realidad es un suicidio o, de lo malo, lo mejor.
Muy bueno. Ahora se ven las cosas diferentes. Pero tal vez ciegos era mejor o no.
ResponderEliminarDurante un tiempo pensé que era más feliz viviendo en la ignorancia...
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