jueves, 14 de marzo de 2019
Encasillado.
Tú, disculpa que nos tuteemos, y que me quite la ropa: sigue mirándome como símbolo de derrota, de zapatillas baratas llenas de arena y rasguños causados por las rocas. Voy a por mis rubíes.
Tú, sigue mirándome, sí tú, con lástima a mi pobreza, por pánico a mis creencias. Yo rezo a un dios que tiene nombre, a saber tú a quién le rezas.
Tú sigue pensando que porque así me visto, soy uno que siembra el terror, y recoge pobreza, en un país con retraso… Soy el primero en las ciencias.
Tú. Apártate que voy. Las sedas que me cubren, las telas que visto, no cruzan mares en pateras, no le silban las balas ni una espada las atraviesan. No hay armas bajo mis ropas ni intención de poseerlas.
Tú, sí a ti: No descartes que merezco un premio nobel de la paz, o de las letras, o que visto de Armani y soy el ojo que capta lo que no eres capaz de ver, a pesar de que lo ves, y no entiendo cómo no lo ves.
Fotografía de Marcos Rivero Mentado
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