Estaba la Luna tan
tranquila mirando el face en la tablet cuando al Sol le dio por tocar la
zambomba. Unas pocas miles de veces le gustaba molestarla y la Luna le respondía
con su sutil cuarto menguante de mangas. Se llevaban muy bien. Ya era un
secreto universal el tonteo que tenían los dos.
- ¿Qué? ¿Más poetas
Luna?
-Sí. Lo de siempre -suspiró
la Luna sin apartar la vista de la tablet creciendo una ceja.
- ¿Cuántos van hoy?
-Pues uno sin camisa
que es muy tímido se me ha declarado y dos prefieren mi espejo para pintarse
los labios. Ya sabes…
Seguía el Sol dando
por saco con la zambomba cuando preguntó a la Luna cómo iba la discusión con la
chica que le echaba todas las culpas.
-Bueno, estuve
pensando si eliminarla pero me dio mucha pena cuando puso en su estado que
jamás había besado a un hombre con barba. Al final quien le gusta es el chico
de la academia –respondió la Luna chasqueando con fastidio la lengua encogiéndose
de hombros.
-¿Y por eso no la
eliminas? -dijo el Sol parando en seco el instrumento y poniendo en hora el
reloj del Universo.
-No lo hice porque…porque…¡Sol!,
sabes que odio el silencio cuando solo suena el tic tac del Tiempo –dijo la
Luna soltando la tablet y poniendo en verde el semáforo para dar paso a algunas
estrellas que iban de fiesta alrededor de la Tierra.
-¿No lo hiciste
porque? Luna. Luna.
-Porque me muero de
ganas por saber qué será de ti y de mí –respondió la Luna tornándose pálida. Y
tomando la tablet buscó el perfil e hizo
leer en voz alta al Sol lo que decía el muro de la chica.
<<Ayer me
regalaste la Luna. Ahora ya sé que cuando
se doblan las sábanas entre dos…se tarda
más>>.
-¿Y qué problema hay?
-Estoy celosa. Rabiosa,
harta, y llena… muy llena. ¿No lo entiendes? -gritó la Luna escondiéndose tras
el Sol.
-¿Entender el qué?
Luna no te eclipses que te conozco.
Y mientras la Tierra
tiritaba de frío, susurró la Luna sangrando:
-Él…él, le ha
respondido: ¡Eres un Sol!
No hay comentarios:
Publicar un comentario