Se hacía
el sueco cuando le hablaba <<este me va a oír>>. Terminé
plantándole cara, Oye, ¿quién te has creído que eres? Tantas miraditas y notitas…
Dime al menos que no te intereso y ahórrame el bochorno. ¿Me oyes?
Agitó dos dedos delante de su cara. Tocó mi
barbilla obligándome a mirarlo. Se
llevó la mano al pecho cerrando fuerte
su puño y me señaló dulcemente. Entonces me dio un beso de esos que jamás
prescriben.
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