martes, 12 de diciembre de 2017

Al partir...


Yo vivo aquí. Soy el cabecilla de un elenco que no quieren partir, porque se parten de risa cuando vemos que se parten a correr cuando creen notar nuestra presencia, algunos con el corazón partido otros en la boca. Vuelven otros para ver si ya hemos partido. Creen que es lo mejor para nosotros y no se dan cuenta que cuando partimos aquella vez jamás nos movimos del sitio. Partimos una vez solo una, y no hemos vuelto de ninguna parte. Tienen la respuesta a lo que llaman nuestras plagarías, creen que tenemos cuentas pendientes de algún mal parto, o que somos náufragos de algún barco que, tras zarpar, partió en dos algún mástil o no supo arribar en ningún puerto. Rezan y nos hacen peticiones como si fuéramos el genio de la luz maravillosa. Tampoco te habrá ido tan mal sin mi ayuda y yo no tengo medios para decirte qué tienes que hacer. Rezan porque creen saber qué hacer con nuestras muertes y no saben qué hacer con sus vidas. Ilusos. Somos nosotros quienes esperamos vuestra partida para poder ser más en este elenco y reírnos y partirnos de risa cuando demostremos que todo era una farsa, que no era para tanto, que todo era más sencillo y admitirlos en este otro lado, aquí mismo, no sin antes deciros que cuando se parte, aquí nada se divide, como se puede dividir el tiempo en el mundo de los que se creen vivos. Aquí el tiempo no existe y si consiguieran creer que ya partimos gracias a sus rezos, solo seríamos olvido y el olvido… es morir dos veces. Y ahora un consejo que no vas a coger, que es lo que se hace con los consejos, mandarlos a partir en mil pedazos; vive. Vive es la respuesta que nadie espera porque a partir de ella, todo se nos complica.

Foto de Saro Gutiérrez Cárdenez

sábado, 9 de diciembre de 2017

Cualquier nunca, vas a saber

Nos mirábamos y me quedaba pensando si quizás le había conocido en alguna calle, si le escuché alguna vez en un concierto o compartimos una cerveza en  cualquier carnaval, si hicimos cola en alguna eterna fila y nos fuimos demorando para seguir sintiendo la sensación de estar lado a lado. Nos mirábamos y no había indicio de hola alguno. Aquella tarde se paró en seco  al mirarme <<a mí ni se me notó porque ya estaba quieta>>. Tras tender mi mano y estrechar la  suya, dije mi nombre. Noté que lo hacíamos como se toma por primera vez en brazos a un recién nacido. Desde ese entonces nos hemos visto muchas veces y yo me rezo, y me ruego, no volver a mirarle. Creo que a él le sucede lo mismo y los dos sabemos el por qué.


miércoles, 6 de diciembre de 2017

La señal

Te quiero porque nunca hueles  a versos  de despedida.
Me has quitado la venda y me siento desnudo cada vez que me abrazas.

Te quiero porque contigo se cae de pie, y he perdido a quien era para ser quien soy
y mi corazón hace una fiesta cada vez que te tengo y laten mis entrañas.

Te quiero porque cuando te quito los zapatos lentamente y beso tu cabello, cerrando los ojos, siento que siempre te he echado de menos.


Te quiero y ahora que llegas a mi vida con más fuerza que desgana, temo el momento en que quieras besarme donde el semáforo en rojo, y tenga que contarte la verdad…

martes, 5 de diciembre de 2017

La vida es sueño



Desperté y mi sorpresa fue que recordaba vagamente lo que había hecho el día anterior, algo así como que tomaba muy a gusto el sol…Con la cabeza echa un revoltijo toqué mi cara, mi vientre, miré mis manos. Cada parte de mí se dividía en capas, decenios de mi vida que tenían una historia con láminas en lugar de cicatrices Era tierra por los cuatro costados, entre cuatro muros. Un punto cardinal exacto, hecha a medida con mis grados de risas y llantos, y longitud poco definida de cada acontecimiento vivido. Había marcas de cimientos, el primero sólido y abrupto el resto, ya viejos, que alguna vez se utilizaron para la siguiente situación, eran fallas, falsos movimientos cubiertos a pedradas, otros que jamás se llevó el viento y en el que alguien gritaba mi nombre en mi idioma materno. Al final espolvoreado me cubría un montículo en el que habían plantado malvas. Era cierto que del polvo al polvo no hay mucho trecho. <<O era del dicho al hecho>>.  Era incapaz de moverme y sin embargo algo lo hacía. <<Yo que sé qué hago aquí>> me dije  mientras una excavadora presionaba mi corazón y dinamitaban mi cerebro. Acabé pidiendo la absolución. Entonces desperté y respiré aliviada ya estaba plantada en una maceta mientras que alguien me regaba.

Foto de Saro Gutiérrez Cárdenez

lunes, 4 de diciembre de 2017

Estaba aquí pensando...

Cuando me marche no quiero flores. Sé que estarán por aquello del qué dirán. Pobres moribundas.
Cuando ya no esté que no te remuerda nunca la conciencia, prefiero a los objetores aunque, los primeros consolarán sobremanera a los segundos.
Si me voy no digan que era una santa, ni dios lo permita, que quiero descansar de tantas lástimas y peticiones a gogó que jamás he sabido resolver.
Como me tendré que ir, sé que habrá lágrimas, son inevitables, pero, por favor cuenten chistes, verdes, rojos y negros, blancos y azules, seguro que por eso recordarán ese pésame sonriendo entre lágrimas de cocodrilos, de dolor auténtico y solidaridad contagiosa.

Al que no llore que no olvide un rezo, por si me pierdo en el limbo en busca de la luz y termino en los infiernos, aunque, ahora que lo pienso, si voy al infierno en el que ya estoy, ¿para qué quiero un cielo que desconozco?


domingo, 3 de diciembre de 2017

Tanto beso tonto

Sé donde están los besos que no me has dado. Los puse en una lista de deseos y los custodia una extraña que tiene la clave del botón rojo que activará -cuandoledelagana- la parte de mi cuerpo donde están latiendo. Se encuentran en mis suspiros. Suspirar;  -qué cosa tan saludable-, es ese momento en que tomo aire y no me llena, cuando lo que realmente quiero es que tu aliento inunde mi alma. ¿Qué tonta y qué estúpida guarda en reserva y en conserva algo así? Léeme despacito. Bésame tonto. Bésame tanto... que a veces esa extraña baja la guardia.


Entre comas

Estoy atrapada en un cuerpo inútil que quiere y no se deja. Me obliga a sentir, a pensar y, sin embargo, es una coraza. Sólo sabe sentir y pensar, pensarysentir,  pero no actúa. Me hace parecer una autómata que pide su copa de amor con hielo, mucho, y una rodajita de limón, pero no es capaz de llevar la cañita a la boca  porque le fallan los brazos, mi boca se seca...

..estos brazos que escriben lo que pienso y siento sí, pero no sirven para nada más que transcribir, como por inercia, lo que pienso y siento, mientras el hielo se derrite, el limón se desnutre y la copa queda ahí a nada de mi boca, entre coma y coma de mi coraza.