jueves, 3 de septiembre de 2020

Ella

 Me peinaba con la delicadeza de las hadas y pintaba y pinta, una sonrisa en mi cara. Fue mi maestra en eso de ser niña y mujer y cuando nos encontramos en la madurez; seguimos tan cómplices como antaño. Ella ya no es la mayor porque todos hemos crecido, pero sigue siendo parte importante del quinteto que me sostiene.




domingo, 30 de agosto de 2020

Por lo demás...

 Cuando cambiamos las palabras, cambia el estado de ánimo. La pandemia psicológica es mucho más peligrosa y agresiva que el bicho en sí, No llegamos,No hay trabajo, No hay dinero,No hay recursos, Dicen que dijeron que dicen, Vamos a morir todos. La gente terminará creyéndoselo.

A ver si los de Sanidad(Señores de Sanidad, que es que no paran de hacer un llamado a imágenes y emociones totalmente negativas) les recuerda que es perjudicial para la salud su mal rollo a los tipos a los que les pagamos por sentarse en un escaño, y se creen con el derecho a bombardearnos de estupideces, que lejos de ayudar hacen el efecto contrario. Y entre las nuevas normas conste en el BOE no tratar como estúpidos a los españoles.
Mientras tanto yo seguiré cumpliendo como ciudadana, y todas sus consecuencias.
Por lo demás: La familia bien. Gracias.

viernes, 28 de agosto de 2020

¿Quedamos?

 

¿Quedamos?, Si, pero… espera a ver qué conviene, Que miro en mi agenda repleta de sueños y le subo el vuelto a las pesadillas, negándolo todo, tachando al amor, ¡Ay, no, espera!, que anoto al amor en primera fila digan lo que digan y sí, nos vemos, cuando quieras, cuando puedas, muy pronto nos vemos en el mundo que viene.




sábado, 1 de agosto de 2020

No me callo.


Dirás que tenía cara de pilla o de malas pulgas, pero ese día me sentí traicionada, tan pequeña y soleada, que las sombras de mi vestido de chiquilla aguantaron el llanto vistiendo mi <<ya creceré>>.

Yo era la repetición eterna de la misma historia; el final feliz que siempre estaban esperando.

-¡Calla niña estúpida! -fue el primer dictado- ¿Me quieres decir de dónde sacas lo que sacas? -Eso me dolió. Como lo hizo cada bautizo durante mi adiestramiento: Guapa, Niña, Débil, Mujer, ¡No lo sientas!, Lo siento, ¿Cuándo entenderás que viniste a crecer con fundamento porque yo lo digo?, Y baja tu vestido mientras juegas a que juegas a mi juego, o te reviento…

No tenía nada que hacer contra ti. ¡O sí!

Ese día afilé mi única arma muy escueta. Preparé mi entrenamiento y escondí mi libreta, donde jamás una goma dictara mi forma de ser. Y es cierto si te digo que miento porque pensé en vengarme, pero no estaba dispuesta a ser el corazón de un poeta que acude a su propio entierro.

Y crecí lo que crecí. Ahora métete con alguien de tu tamaño.

Así que háganse un favor y aléjense, si no tienen intención de conocerme. Que yo sigo siendo yo cada vez que sueltan a la luna, porque a mí los poemas jamás me han traicionado.

Y a esas personas que han venido a mi vida para recordarme que venimos al mundo a llorar, ahogando el grito, les digo:

Soy – no les quepa duda- desde ese día, mal ejemplo y buena compañía.

Ahora di “¡Calla!” cuando menos lo espere, o te venga en gana, que saco punta cuando a mi risa le queda pequeña tu talla, afilando la repetición de la misma historia. Escribiendo hasta reducirla como a la madera la carcoma, cada luna, -y mira que hay lunas-, el final feliz jamás escrito que conservo en la memoria.

jueves, 23 de julio de 2020

Pi

Sí, Pi tiene un valor de 3,14..., y la belleza está en el interior,o será que pienso lo que siento, No viene a cuento pero:
He terminado de hacer la talega de terciopelo negro. En cada puntada, empapada en lágrimas, me iba despidiendo de ti con firmeza, Se acabó el juego, así comenzaba mi carta, Cada vez que escribo me acuerdo de ti, así terminaba.
Mira que ya ocupabas en el ranking de mi Whatsapp el número 33 de la lista. Sí, los había contado. A las 03:03 de esta madrugada vuelves a ocupar el primero.
¿Quedamos?
Dame una hora.
Ok.
Me cabrea que me despiertes e ir conduciendo escuchando el mismo tema de Gonzalo. Son más de las 03:00, ¡Qué se habrá creído!
Toco a tu puerta y tú me tocas con la mirada. Deposito la bolsa de mis puntadas doloridas sobre tu mesa, escrutándola igual que la última vez; el mismo libro de juegos, un paquete de galletas que jamás son a nuestro gusto, dos copas besadas, una hasta el fin y otra con un cerco de carmín inacabada, y las colillas tibias, testigos de tu mala suerte porque, seguramente, alguien te ha jodido con un “No”.
Te acercas a esa distancia insoportable a la que se acercan los que jugamos con el amor y salimos perdiendo apretando una caricia. Y no hay libro que describa cómo salir ilesa de este juego que me hiere la sonrisa.
Lo hacemos. Despacio con mucha prisa. Como locos que devoran con la boca un huracán con presura, con un quejido que lo dice todo cegando todas mis dudas. Como animales a los que un simple rasguño les cambia toda la vida, con un rugido de tu aliento me puede(s) después de las 03:03 y lo que surja.
Más tarde mi coche se arranca: “Soy bellisimo”. Mi pie no suelta el embrague pensando en esa despedida; tu palmadita en mi espalda que ahoga mi plan malvado de llamarte Amor.
Noto la talega negra en mis muslos, empapada, No, no hay letras suficientes, pero deberían de existir.
Lo único que queda de mí, está en esa tu mesa; un cerco de intenciones saladas que cosí en cualquier momento intentado entender el por qué la tercera no es siempre la vencida por cada vez que lo intento, Será que una coma despliega el desfile de un sin salida. Y aunque a cuento no viene: será que la belleza de mi interior está totalmente rota un -3,141516… por dentro.

martes, 21 de julio de 2020

EL GOLPE NO ES LO QUE DUELE


¿Alguna vez lo hiciste?, –quererme digo-, con tu maravillosa declaración de intenciones al recorrer mis escotes diciendo, Calla, No te vistas así. Te quedarían mejor menos flores y ese verde cámbialo por gris, ¿Qué ola se atrevería contigo si te amo y bendigo, en las horas de luna de hiel?
Llenaste mi cuerpo de semáforos morados. Formaste un escándalo de tejados matando mis alas. Volabas en fuselaje entusiasmado. A mis hijos, los sentenciaste en otra dirección dejando estéril lo que ni disfrutaste a tu paso, arrancándome la piel para tu ego de un rato. Redoblaste mis esquinas en nombre de tu único y mísero nombre vendiendo sin farolas muerte en la vía recta. Aprendiste a no disculparte y culparme cada vez que las tormentas te alcanzaban. Olvidaste que lo imposible también es necesario…y ahora que ya es tarde, me toca recoger mis raíces. Tomar otro rumbo.
Me falta aire criatura Voraz y Veraz. Arma de destrucción invasiva. Naufrago, que esconde su basura por mi órbita.
Estoy a nada de sacudir tu rabia, placa a placa... de volver al desierto a llorar y llorar.
Puede que mi único defecto seas tú.
¿El golpe no es lo que duele? Dime:
¿Mereció la alegría?
¡Ay! Jamás negaré el breve vivir de los mortales. Cualquier martes a medio día.

miércoles, 15 de julio de 2020

Y duele el alma


Dicen que es del tamaño de un puño este músculo que duele, ¿Del puño de quién?
 Todas las veces me he convencido de que no cabe una más.  Intento acomodar cada herida en este pequeño corazón hecho a saber a qué medida. No recuerdo cuándo comenzaron mis latidos a organizar las despedidas, son tantas en tan poco tiempo, con ese desorden de prioridades que tiene la muerte dejándonos con el alma helada.
Me siento tan frágil que creo que si me dieran el abrazo que agasaja cada lágrima dolorida, y ahora se nos niega, me quebraría en mil pedazos. Mil, por decir una cifra, ya que todo se mide, se enumera, se encasilla, se calcula… La misma cantidad de heridas que forman todas las partidas a las que me enfrento con el puño cerrado, a corazón abierto.