¿Por qué será que llamamos ficción a las historias de amor
que leemos? ¿Por qué cuando leemos ficción nos emocionamos e incluso a veces
pretendemos que sea cierto?
Te voy a contar una historia y tú decides qué es ficción o
realidad:
Esta mañana la confirmación del supuesto cometa me pilló en
medio del quinto cigarrillo y el segundo cortado en una pausa de mis compras, maratonianas,
por estas fechas. Nos habían dicho que ni dios apretaría el botón rojo en un
arranque de “Aquí mando yo” y tras arrepentirse –cinco continentes más tarde- se
dieron cuenta que olvidaron instalar el botoncito de marcha atrás. La noticia
alarmó al mundo y está claro que cuando vieron el comenta cayeron en la cuenta
de que los dioses se habían enfadado; Se escuchaban sirenas, insultos, choques…
Yo seguí fumando mi cigarrillo. Sentía una extraña calma y
además correr sería un absurdo; ¿adónde?
Él también se quedó en su mesa observando (me) como cuando
entré en la cafetería y dudé en cuál de las seis mesas libres me sentaría o en cuál
de las cuatro sillas reposaríamos yo y mis silencios. Mientras el mundo corría,
-sé que corría porque como ya te dije se escuchaban sirenas, insultos, choques-
yo tiraba con fuerza del cigarrillo que jamás me mataría, y él me acariciaba
con la mirada echando el humo de su cigarrillo en dirección contraria a mis
pulmones. Sé que sonreía. No me pregunten como lo sé pero lo sé. Entonces
apagué mi sexto cigarrillo y tomé la taza en las manos mirando de reojo hasta
casi doler y vi que escribía en un pequeño cuaderno mientras seguía sonriendo
hasta que de sopetón me miró descaradamente. Rebusqué en mi bolso –en parte
para disimular en parte para seguir disimulando- hasta alcanzar el portamonedas
para pagar pero caí en la cuenta de ¿a quién? Al volver a mirar, él, se había
marchado pero dejó una nota en la mesa que dice así:
<<Me sentía tan solo. Gracias por besar mis ojos con
tu mirada. Pensé que hoy reventaría mi vida y ahora estoy seguro de que no será
así. Nos vemos pronto. Lo sé. No me preguntes por qué pero lo sé. Aquí te dejo
mi número de teléfono. >>
Marqué rápido mientras corría por el centro comercial;
-Por sobrecarga en la red, marque dentro de cinco minutos.
Y grité, insulté…y choqué.
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