Llegaron los seres heridos al entierro.
Unos tenían herido el compromiso,
otros el alma y el corazón.
Rosy Robayna (17/07/2016)
viernes, 11 de noviembre de 2016
miércoles, 9 de noviembre de 2016
Mentiritas
¡Es mentira del poeta!
Nadie roba un corazón.
Nadie muere por amor.
Nadie muere por amor.
Aquí late y da vueltas
y vive... y duele.
y vive... y duele.
Aquí está desganado
aburrido, desquiciado.
aburrido, desquiciado.
Y el cerebro ni te cuento ;
mira que tiene argumentos
el lógico cuentista de cuentos.
Ven, róbalo, me harás un favor,
porque en un ataque crónico de lógica
conseguí olvidarte.
Y no te busco, desde entonces,
en un sentido, ni entre letras.
en un sentido, ni entre letras.
Solo sé que me cansa este oficio de buscarte
la manía constante de querer encontrarte
Rosy Robayna C. 09/11/2016
sábado, 5 de noviembre de 2016
No me mires, o sí.
Le he visto andar en silencio perseguido por palabras
que juegan al escondite con su mirada.
He visto también la envidia rozando su tibia sombra
pero siempre sale airoso ignorándola.
He visto babeantes musas ficticias que le acosan,
fingiendo entender cuando él habla.
Y en su mirada brilla la angustia de la soledad que ya es costumbre y que a su lado, él mismo pasea airosa.
Yo, que le he visto,
tengo miedo que vuelva a mirarme
y al fin me vea y entonces,
también me mate entre letras.
Rosy Robayna C. (05/11/2016)
domingo, 30 de octubre de 2016
miércoles, 26 de octubre de 2016
La plaza
Ayer charlaba en
la plaza con mi hija y una amiga de esta. Había quedado a las nueve, pero
faltaba aún una hora y no me querían dejar sola. ¿Cómo no me voy a quedar sola
en un lugar que me trae tan buenos recuerdos? Me tratan como a una persona
mayor. Ya, ya sé que soy mayor que ellas, ¡pero no soy una anciana por favor!
Mirábamos fotos del nuevo miembro
de la familia, hace tres día nació mi primer sobrino nieto pero, mientras
hablaba, se me iban los ojos a las fachadas nuevas, modernas, que dañaban la
vista y los recuerdos, incluso a
una mal entendida en arquitectura como yo.. No sé a qué lumbreras se
le ocurrió algo así, lo mismo pasó con el Teatro y aún no lo he superado Mis
ojos cargados de recuerdos intentaban ver la fachada anterior a esa aberración
que hay hoy en la esquina de la plaza, frente a la sacristía de la
iglesia. No es que no prestara atención a las chiquillas, es más, era yo
quien hablaba como una cotorra desde mucho antes de sentarme en aquel banco y
observar al barrendero con qué "arte" iba apartando, barriendo, las
hojas caídas, con una hoja de palmera, en
este otoño tan caprichoso, como siempre, de llenar de hojas cada rincón y
cualquier hueco que encuentre libre en esa piedra que luce el suelo de la plaza
desde hace décadas, al menos las que yo recuerdo. Entonces vimos a lo lejos dos
perros, uno de mayor tamaño que otro, pero no me pregunten razas porque tampoco
entiendo de eso (voy a tener que plantearme seriamente ese tema de no entender
de ningún tema) Al pequeño le faltaban las dos patas traseras, pero le habían
instalado una especie de bolsita con correa que rodeaba su cuerpecito,
un pantalón con tirantes, para que me entiendan, que arrastraba alegremente por el
suelo mientras retaba a su amigo canino, tres tallas mayor, a jugar a lo
que fuera.
Entonces le vi, le miré a la cara, pasó delante de nosotras
despacio, mirando tranquilo la plaza e incluso detuvo la mirada en aquel, por
una hora, mi banco. También
llevaba una correa tirada por un perro, pero yo detuve mi vista en sus manos que por cierto,eran
preciosas.
Rosy Robayna C. 26/10/16
jueves, 20 de octubre de 2016
La mentira
Desanda caminos, idealiza el pasado y lo arrastra al presente con planes de futuro. Desdobla y retuerce. Desnuda, y en la vergüenza, humilla sin compasión sembrando dudas. Se burla en tu cara y crece entre apóstoles cegados. Y te mata.
Rosy Robayna ( 2012)
Rosy Robayna ( 2012)
lunes, 17 de octubre de 2016
Desde el principio
Cruza mi diagonal que no habrá
guardias
y sigue las señales gastadas.
Ve. Ahí sabrás mis secretos.
Endiósate en mi esternón.
Bebe mordiendo.
Toca mis encajes rotos hasta las piernas.
Desquebraja el escalofríos.
Quita el imperdible perdido en mis caderas
y habla a mi mente, redoblada hasta la
agonía.
Aventúrate en mi vientre y amordaza a las
mariposas.
Ata mis manos vacías
y, ni se te ocurra detenerte en las líneas.
Observa las finas dunas que recorren
mi cara
hidratadas por las babas de otros.
Enreda mi cabello entre tus dedos.
Ahonda, penetra
y roba el oro negro de mi piel
tostada.
Haz que rezumen los deseos
pervertidos por el tiempo.
Sacrifícame entre tus piernas
y arrástrame hasta la salida
y allí, mátame...
Pero no olvides fingir compasión y
vuelve
a dejar la luz apagada de mi
guarida cuando te vayas.
Rosy Robayna (13/10/2016)
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