domingo, 5 de enero de 2020

Magia


-Es el primer año que me dejan salir al reparto. -Esto no es una pantomima -me dijeron cuando ya había cargado todo el material por mi exabrupto comentario. No volverá a pasar-.
–Tienes que ser serio, es muy importante que repases la lista y dejes en cada zapato su pedido no sin antes asegurarte que es bien merecida la entrega.
<<Será como repartir tomates>> pensé, pero estos tipos leen hasta el pensamiento y me miraron serios con esa mirada que solo los padres son capaces de desarrollar tras años de experiencia.
Me habían contado el por qué se repartía a escondidas mientras todos duermen y me pareció la noche más linda y mágica de todo el año. Así que comencé a currar con ilusión. Tomé la lista y el mapa. Primera parada y no hay zapatos <<malamente empezamos>> Busqué como loco los zapatos y volví a mirar la lista, y la hora, tenía claro que no podía entretenerme y pasé al siguiente pedido. Repartí durante toda la noche y dejé todo en orden, pero me mortificaba no haber dejado nada en la primera dirección. Con el pedido en el saco me senté a tomar un poco de leche en la última casa y volví a leer detenidamente la carta mirando de reojo el regalo envuelto tal cual se había solicitado, explícitamente envuelto y con un lazo rojo…

“Querido Reyes Magos:
Este año no he dejado zapato. Ya son años que les espero y si bien no siempre me han traído lo que he pedido, sí que he quedado satisfecha. Me temo que me hice mayor, lo siento de veras, no fue a posta.
Este año solo quiero una cosa; un abrazo. Siento que lo que más se necesita son abrazos, lo sé porque yo quiero uno, más que sea uno, envuelto en un lazo rojo para que se vea bien claro, metido en una caja tan grande como intenso sea, empaquetado de tal manera que jamás sufra daño alguno, con un termostato que se regule solo según la estación o la emoción, que alimente cualquier sensación o resquicio de soledad, que quite las penas aunque te haga llorar. Que haga cosquillas, que ayude a dormir y dé ganas de despertar.

Un abrazo.”
Nadie me advirtió que los mayores ya no dejan sus zapatos. Eso lo supe a la mañana siguiente. Sin embargo, tomé la pequeña caja del lazo rojo en mis manos como pude, pesaba lo que no está escrito, y la dejé junto al bastón.

viernes, 3 de enero de 2020

2019, quedas despedido


<<Es costumbre despedir a la bestia como si de un héroe se tratara. Brindas salud ante todo, mientras el eco de la calderilla resuena en un bolsillo vacío. A las doce volverás a ser quien eras buscando la luz entre quimeras. Odias todas las cosas que se suspendieron por exceso de deseo. Puede que el destino sea una coartada sigilosa, la excusa perfecta de lo que nos depara. Ignoras el futuro y escoges el amor como alternativa>>.
-Estaba deseando verle desaparecer y que el verdugo cumpliera su cometido sin clemencia, sin compasión. Era culpable de toda crueldad y sonreía como un viejo e inocente anciano, desde los cuartos, recibiendo vítores como aquel Cesar de la era tardorrepublicana, y como Cesar iba a terminar. Recordado, repudiado, pero jamás olvidado, porque dejará fechas de no natos, finados y nuevos miembros de la sectaria enfermedad. Claro que nadie es consciente de que su sucesor, lleva su misma sangre.

martes, 31 de diciembre de 2019

FELIZ, FELIZ 2020

Quiero ir a ser feliz. Tengo el pasaje. Iré con lo puesto, como el día en que mi vida se acabe. Tengo preparado el equipaje; vacío, por si regreso llena de versos y más versos que ocupen el espacio exacto de mi yo sin ti. Por si pierdo la maleta, en un bolso de mano, tengo preparado: La prisa de un algo nuevo por venir. Un eco que me suplique que vaya más lento. Una lima para cualquier desliz. El último deseo de mi cumpleaños feliz. Un ser, un estar y un parecer -por si las moscas, ya me entiendes-. La paciencia y las ganas de vivir –dan igual en qué orden-. El último beso para casos de S.O.S y ese tema que jamás aprendí y tarareo ahora porque me recuerda a ti. Todo el amor que he podido ahorrar para derrocharlo - creo que se dice así…o lo que sea que sea -, será que se conjuga contigo y por eso no lo sé definir. Un protector lunar por si me entra una perreta y resulto ser de esas poetas que solas se hacen temblar. Un globo “azul” por si apetece volar. Mi memoria, -sí, mi memoria que nunca me falte- por si me da por sufrir y prefiero sonreír, que salga veloz al rescate. Un pijama, el que desnuda me queda tan bien cuando me arropo pensando en los puntos y seguidos de todos tus puntos cardinales recorriendo mi recorrido. Y como siempre bolígrafo o lápiz y una libreta, por mi estúpida manía de sentirlo todo. 
Se me dan fatal las despedidas así que…dime: ¿Quieres viajar conmigo o conmigo quieres venir? Aquí también me da igual el orden. 
Cuando regrese –si alguna vez regreso- quiero un motivo de peso que arrase con todo,eso, lo que hoy es presente y me dé motivos para comenzar, o seguir.

domingo, 29 de diciembre de 2019

Feliz 2020

Último Reto del año.
Un cuadernillo de crucigramas, una lata con el Big Ben, un zapatito de Papá Noel y el Librito del Chocolate, que dice:"Las cosas claras y el chocolate espeso"
¡Pii! ¡Se hace saber, por orden de quién sabe, que este es el último Reto del año para el Club de los Retos de Dácil! Así que entre dichas y risas, y algún que otro sollozo, desde este jueves, y no es broma por ser la fecha que es, hasta el día de Nochevieja, se tiene tiempo para pensar qué demonios escribir, no sin antes hacer un repaso de los retos de este año que ya termina. Por consiguiente y que no sirva de precedente, se permitirá desde hoy y antes de las doce, de la noche, sí, de la noche, del treinta y uno de diciembre del presente año:
1- Todos los retos tendrán el mismo título “Las cosas claras y el chocolate espeso”.
2- Publicar el reto en un crucigrama aunque este esté manchado del delicioso cava asturiano – vale poner foto-
3- Podrá ser tan largo como el Big Ben, o enlatarlo al vacío y enviarlo a WWW.clubdelosretosdedacil.es y ya veremos si llega.
4- Si se les ocurre hacer alguna receta deberán llevar esos postres a la cita del último viernes de mes y el último, por favor, que cierre la puerta. – No se olviden hacer fotos-.
5- Escribir borrachos intentando calzarse un zapatito de Papá Noél. No se permitirán ni este caso, y a pesar de las entrañables fechas, faltas de ortografía que no sean provocadas por el corrector de un móvil, no importa la marca del móvil ni a qué timofonía perteneces. –No sean cabrones y cuelguen foto-

Nos vemos en enero de dos mil dieciocho y no digo la rima porque saben que no me gusta decir tacos - no se imaginan el esfuerzo-, y esto es un decreto y el respeto es muy bonito coño.
¡Pii!

A veces cuando escribo me doy cuenta que sale una emoción tan fuerte que no sé enfilar las palabras para ordenar lo que siento en letras. A veces también, me siento satisfecha por lo que escribo -aunque días más tarde me pregunté qué cuernos quise decir o verlo como una bobería más-, pero son las otras muchas veces a las que les debo seguir aquí, escribiendo; cuando lo hago desde la desgana o la rabia, desde lo absurdo y el papel en blanco, desde la tristeza y el vas a saber… ahí es cuando para mí es todo un reto. Llevo un año, ya, oficialmente, en el club de los Retos de Dácil. Mira que se aprende, se captan ideas, te encuentras los fallos. Mira que te entretienes durante la espera. Mira que conoces gente estupenda e incluso maravillosa y lo más curioso, a ti mismo. No me gustan las despedidas y adoro los nacimientos. Un año se va lleno de emociones y otro comienza en naita, y si es tan bueno como este bendito sea, porque he sido capaz de vivirlo y superarlo. FELIZ AÑO A TODOS LOS COMPONENTES DEL CLUB DE LOS RETOS DE DÁCIL.

sábado, 28 de diciembre de 2019

Campaña sobre campaña. Los inocentes.


Nadie está exento de caer en el abismo del desconocimiento. Cuando alguien me habla de aquellos porros de los sesenta me entra una especie de recelo por cómo cuentan su primera vez, aireándolo de una forma natural y añadiendo que fue solo una experiencia que, después de un viaje a no sé dónde, no le llevó a ninguna parte. Anoche en una terraza el olor a porro, que por cierto cada vez huele peor, a saber qué le ponen, inundaba el ambiente navideño y frío de la C/ Cano. En la mesa de al lado unas jóvenes se tomaban un, un, un… a saber qué bebían y fumaban… el porro de turno. “Yo para ser feliz quiero un camión” 
Las campañas publicitarias nos inyectan qué comer, beber, vestir, conducir, qué medicamentos tomar o qué compresas o preservativos utilizar etcétera; dicen que funcionan. El consumismo es nuestro pan de cada saldo en nuestras cuentas, tanto bancaria como vital y nadie está a salvo de ser absorbido por un producto que generalmente no es necesario y es nocivo para cualquier salud mental o física. <<Nos cuentan una milonga y yo sigo pensando si tendré que utilizar una crema para hemorroides, más una compresa anti-retenciones y una pasta para fijar mi dentadura, y si sabré diferenciar, en su momento, si el gel del calor o del frío son realmente necesarios y me estoy perdiendo unos polvos increíbles por ignorante (coño)>> ¿Pero qué pasa con las campañas en contra de las drogas que en cuarenta años no han hecho efecto? “Cuando alguien me habla de aquellos porros de los sesenta…” ¿No funcionan, tenemos la misma mentalidad, según nos convenga, que en los sesenta y se salvarán, en realidad, de caer en la tentación los que solo buscan una leve experiencia? ¿Son pésimas las campañas contra las drogas y los inocentes siguen cayendo sin remedio por desconocimiento? Yo propongo desde ahora el día mundial sin publicidad, a ver si somos capaces de sobrevivir. ¡Por cierto! ¿Son buenas las campañas de antigripales? No tengo ganas de discutir – tampoco se me vuelvan locos-.

sábado, 21 de diciembre de 2019

Feliz Navidad


Ahí llegan. Me gusta observarles. Ella es una coqueta que jamás sale a la calle sin pintar sus labios de rosa y él, un galán cariñoso que la lleva de la mano con el orgullo que tiene el sol cuando se despierta. Siempre tienen algo de qué hablar. No entiendo cómo siguen juntos después de tanto tiempo, ni cómo consiguen que, yo, acuda cada año a esa cita.
-Pero mujer este hijo nuestro…
-Cariño: los hijos son para toda la vida. Dios proveerá.
-No me vengas con esas. Cada cumpleaños sucede lo mismo; la casa llena de gente. Y para colmo se me parte el alma al comprobar con las ganas que esperan algunos un simple plato caliente.
-¿Crees que a mí no?
-Mira, me… me niego. Lo siento. No soporto a los que vienen con el corazón lleno de rencor y extrañezas buscando pesebres. De esos te encargarás tú.
-No todos son así cariño, y lo sabes. Hablaré con el niño.
-Con tu hijo hablaré yo. ¡Acabáramos! Cada año igual. Monta todo esto para luego…
-Para luego, ¡qué! ¿Qué? –dice ella, con la voz rota y siente que “…una espada le atraviesa el corazón”.
-Para luego matarnos de pena, María.
-José: Es el cumpleaños de la fe. Él, sabe lo que hace.


jueves, 19 de diciembre de 2019

Se dice así...¿No?


Amarnos es desarmarnos haciendo caso a ese aviso sin derecho a voto, ni voz: <<Por sobrecarga de sed toque dentro de cero coma cero segundos>>. 
Deshacer la cama de la peor forma para que sea de nuestra mejor talla de tu cabeza a mis pies. Chocar nuestras bocas derribando las lenguas como si fuera la última vez antes de que se corra… el tiempo. Es… como el arte esto de amarte; construir de dos pieles una sola y descubrir  que a la soledad le queda sexy como vestido de última hora.  Así, amarnos es atrevernos, de una manera inexplicable, a vivir sin importar(nos) jamás las consecuencias de no volver a ser uno mismo…o dos.
Pues eso, sólo eso…que… amar, es sentir que siempre que te alejas me falta un beso… Se dice así… ¿No?