La primera vez nos miramos sin
vernos o eso pensé, porque en aquel lugar centenario volvió a mirarme e hizo
detener mis ojos que no han regresado desde entonces. Todas las demás no he
podido atreverme a pasar de sus manos o su boca, y da igual que planee
enfrentarme a sus ojos; ese color café con brillo aterciopelado de hombre. Nunca
sé qué pasará ni adonde miraré. Solo quiero que pase.
Que bonito!!!
ResponderEliminarGracias cariño.
EliminarUna declaración de amor...o tal vez solo de deseo, a veces es difícil distinguir la diferencia entre ambos, hecha con una delicadeza magistral.
ResponderEliminarNo por eso deja de ser intenso ciertamente. Gracias Jesús, por dedicarle tiempo a mis letras.
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