domingo, 8 de enero de 2017

Por un café.



La primera vez nos miramos sin vernos o eso pensé, porque en aquel lugar centenario volvió a mirarme e hizo detener mis ojos que no han regresado desde entonces. Todas las demás no he podido atreverme a pasar de sus manos o su boca, y da igual que planee enfrentarme a sus ojos; ese color café con brillo aterciopelado de hombre. Nunca sé qué pasará ni adonde miraré. Solo quiero que pase. 

4 comentarios:

  1. Una declaración de amor...o tal vez solo de deseo, a veces es difícil distinguir la diferencia entre ambos, hecha con una delicadeza magistral.

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    1. No por eso deja de ser intenso ciertamente. Gracias Jesús, por dedicarle tiempo a mis letras.

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