viernes, 21 de junio de 2019

A tu pregunta


Disculpa mi tardanza y tu estar extrañándome, pero, es que a no sé cuantos quizás por hora me fui de la sábana equivocada. Salí, así como quien no quiere la cosa, y me vi como una perra olfateando una pista. Por el camino encontré  el oxigeno que avivó mi fuego. Dejando a un lado de la primera caricia al ego, abrí la puerta al miedo que tenía miedo; a quererme, complacerme, tenerme, follarme y hacerme el amor –me da igual el orden–  y a ponerse en mis zapatos. La risa se quitó la  camisa de fuerza y con los ojos como platos  me miró y en un arrebato me besó con esos besos torpes de primeriza, sin saber que yo ya venía con la boca partida pero le importó un carajo. Ahora nos besamos aprendiéndonos hasta que rugen las venas. He comenzado ordenadamente por su cara y ya voy –después de tantos meses– por la segunda pestaña. Así que a tu pregunta ahora que te extraña, diré que he estado muy ocupada... enamorándome.



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