Si te tienes que ir
vete. Prefiero la procesión por fuera. Pero vete, ¡vete! Vete como la marea; siempre lista para lo que le venga en gana. Con pasaje a cualquier parte donde se quisiera –de querer, y no de cualquier manera–.
Que con toda la muerte por delante estoy dispuesta a vivir como si se me fuera la poesía en ello. Aprendiendo día a día a perder con la misma facilidad con la que me ilusiono. Con ganas infinitas de amar –que no te quepa duda–. Paseando las calles de Las Palmas con los pulmones llenos de esa marea que me hace flotar y flotar, consiguiendo que todo dolor sea más llevadero. Con un no puedo que pueda poder olvidar. A la tristeza déjala como está que jamás la eché de menos, estuvo bien latente como siempre la marea. Así que si te tienes que ir vete… y no, no dejes todo como estaba, yo lo devolveré a su lugar tomado de ejemplo al mar, porque sé que si no eres el fin, seguro, serás el medio, para que vuelva a reír como llora Chavela.
Que con toda la muerte por delante estoy dispuesta a vivir como si se me fuera la poesía en ello. Aprendiendo día a día a perder con la misma facilidad con la que me ilusiono. Con ganas infinitas de amar –que no te quepa duda–. Paseando las calles de Las Palmas con los pulmones llenos de esa marea que me hace flotar y flotar, consiguiendo que todo dolor sea más llevadero. Con un no puedo que pueda poder olvidar. A la tristeza déjala como está que jamás la eché de menos, estuvo bien latente como siempre la marea. Así que si te tienes que ir vete… y no, no dejes todo como estaba, yo lo devolveré a su lugar tomado de ejemplo al mar, porque sé que si no eres el fin, seguro, serás el medio, para que vuelva a reír como llora Chavela.
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