Con la compañía que le sobraba a tantos de tantos se conformaba
como quien no quiere la cosa. Adicta a un quizás. Guardó el tocar fondo en la
despensa. El corazón en la nevera. Las lágrimas debajo del sí. Besó despechos
al portador mientras resbalaba el color de la mujer honrada patas abajo
probando ese “Es lo que hay” Claro que pensó que podía vivir sin él, como vivía
esos domingos involuntarios sin versos en que esperaba a un Machado que se
quedara a su lado solo por quererla querer. Malgastaba en cualquiera lo que le viniera en gana, sin
ganas de quitarse la blusa y mucho menos
las bragas. Luego juraba con rabia que no lo volvería a hacer. Nunca amor,
nunca placer. Sentía el ardor de la
cobardía retomando esos principios que inyectaron en sus genes subastando el
corazón, frío y desesperado, al peor postor.
domingo, 21 de mayo de 2017
martes, 9 de mayo de 2017
Cada cosa a su precio.
Creía que las putas solo paseaban
por esas calles que durante el día suelen ser paso obligado a edificios
públicos, donde la gente arregla papeleo para no defraudar a hacienda. La reconoció por una foto de Internet. Era
bloguera. No vestía como las demás, iba demasiado elegante para su gusto y para
colmo de las más caras. No entendía el
por qué, y sin embargo la eligió a ella. Le preguntó que por qué no vivía de
las letras. Ella le respondió, mientras se arrodillaba:
-Yo escribo verdades y vendo
falsos “te quiero” mientras tú te lo crees. Como mismo crees que tu mujer te
está esperando ahora acomodando cariñosa el lado de tu cama. Las verdades
deberían ser gratis. ¿No crees? -Decía observando directamente su miembro mientras él
notaba su aliento como la mejor de las caricias sin haberlo rozado. -Por las
mentiras se paga un alto precio. En esta vida todo tiene un precio. Todo. Excepto
mi verdad.
martes, 25 de abril de 2017
Indulgencia
Me pidió rezar entre sus piernas y le enseñé mi cara de
esclava del asombro. Claro que se asombró de que me asombrara. Ya luego se dio
cuenta del engaño, pero era tarde. Rezamos a la vez y se nos concedió el deseo.
domingo, 23 de abril de 2017
Te escribo:
Puedo escribir sobre ti y en este día
describirte una noche y una luna
diciendo que eres tú
por quién mis dedos se deslizan.
describirte una noche y una luna
diciendo que eres tú
por quién mis dedos se deslizan.
Tú,
quien ocupa los espacios que dejaron los olvidos.
Puedo también escribirte
Puedo también escribirte
cuando poco a poco fuimos uno,
cuando dos en la distancia acortan el camino,
y pedirte que allanes con tu mirada mi soledad,
con tu sonrisa mis miedos,
cuando dos en la distancia acortan el camino,
y pedirte que allanes con tu mirada mi soledad,
con tu sonrisa mis miedos,
con tu paz mis desvelos,
con tu amor mis consecuencias.
Puedo escribirte si quieres
con tu amor mis consecuencias.
Puedo escribirte si quieres
pero hoy,
paseante de mi anecdotario,
pastor de mis pecados,
quiero expresarte un te quiero
con mi voz,
paseante de mi anecdotario,
pastor de mis pecados,
quiero expresarte un te quiero
con mi voz,
si te atreves a recordarla.
Dos palabras tan sencillas,
como sencillo es escribirlo.
como sencillo es escribirlo.
jueves, 20 de abril de 2017
RETO: RADIO TOMATE CEPILLO 26/11/2016
Al llegar al parque conecté la radio y comencé a correr,
despacio, observando, vaciando la mente y concentrado en mi respiración. Era la
primera vez en mi vida que me daba por hacer deporte. La vi desde lejos.
Llevaba gafas de sol a pesar de estar el día nublado, un enorme bolso rojo
colgado del hombro que dejó caer lentamente hasta descansar en el suelo.
El corazón se me puso en un puño al verla inclinándose para precipitarse
al vacío.
-¡No lo haga! -grité mientras la agarraba fuertemente
contra mi cuerpo.
-¿Qué hace, pero qué? Por el amor de dios qué susto me
ha dado. Sólo iba a tomar unas fotos con mi móvil y quería calcular desde
qué punto para que salieran mejor.
-Lo siento, pensé que.
-¿Qué pensó, que iba a suicidarme?
-Sí, lo siento. ¿Le gusta la fotografía? -titubeé.
-No estoy segura -respondió.
De repente carcajeó y se quedó mirando no sé adónde,
ya que continuaba con las gafas de sol. Ante la duda me quedé con ella
mirando desde aquel puente el andar del río. Estaba tan callada
que comencé hablando del tiempo y terminé por contarle la historia de mi
ex, porque hoy día casi todos tenemos un ex, y no se me ocurría otra cosa,
aunque podría haberle hablado de lo cara que está la cesta de la compra, pero
sabría que soy algo desastre y que me dejo estropear en la nevera todo. Hoy por
ejemplo, lo único que dejé útil en espera de ser utilizado fue un tomate. A lo
que iba. Le conté así sin más la cantidad de años que perdí por pensar que
estar con ella, con mi ex, no se me pierdan, era infinitamente más soportable
que estar solo. Luego comencé a contarle la otra historia, la de mi trabajo y
di un parón en seco al dame cuenta que ella solo decía "sí, no, te
entiendo" a todo lo que yo decía. ¡Me estaba escuchando sin conocerme de
nada toda aquella cantaleta! Así que le dije:
-¿Te apetece tomar un café, un refresco, algo? Llevo más de
una hora hablando de mí y no has dicho nada-.
Ella se inclinó a buscar el bolso que aún seguía en el
suelo. Yo se lo acerqué rápidamente, pecando de caballero, lo abrió, sacó un
cepillo de pelo pidiéndome que lo mantuviera y luego una especie de palo de selfie, presionó un botón al tiempo que se colgaba el bolso. Entonces vi que
se alejaba mientras tentaba por el suelo un bastón. Se alejó unos
pasos y se giró sonriente diciendo:
-¡Qué! ¿Te vienes a invitarme a ese café? -Ofreciéndome su
brazo.
-¿No dijiste que ibas a sacar fotos?
Se alejaba a paso lento esperando a que yo me acercara,
pero me quedé pegado al cepillo del pelo mirando el río, la altura, el suelo y
corrí, corrí como nunca a su lado.
miércoles, 19 de abril de 2017
La que fuera
He perdido a la que érase una vez que fuera y hoy… hoy soy la que soy. Soy la que te saluda y hace por ello una fiesta y
tras despedirnos, vuelve con el aliento
entrecortado olvidando cómo volver a casa. Pero vuelvo. Siempre vuelvo.
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