¡Qué susto me he dado,
he perdido el DNI!
Como me dijeron que podía pedir cita por
internet entré para facilitarme el traslado. Al abrir la Web de cita previa, un
aviso, rojo-susto, decía que habían
jaqueado la página y no era segura. Pensé en cómo podía ser que la policía estuviera
en ese estado de inseguridad, pero como
pasan tantas cosas raras en la vida… Así
que llamé al teléfono de cita previa que encontré al lado del rojo- susto y
comencé a seguir los pasos. La operadora, muy correcta y monosilábica, me pidió
que dijera en voz alta el idioma deseado; euskera, gallego, catalán o castellano.
Yo repetí que castellano, pero la pobre no me entendió y repitió la pregunta
tres veces, con tanta mala suerte que se
cortó la llamada. Volví a llamar y gracias a que era la misma operadora, y tras
repetir la pregunta al fin entendió la pobre lo del idioma y me pidió que
marcara mi número de DNI y la letra 45896887X. Luego de hacerlo, con la misma
amabilidad, me dijo que lo repitiera y así lo hice. No recuerdo cuántas veces.
Entonces va y me dice, y creo que ahí perdí, levemente, la paciencia porque me
dieron hasta fatigas:
< Su cita para
tramitar su DNI número-00000000X es para>…
< ¿Pero qué número es ese coño? > Dije
con la amabilidad que corresponde a ese tipo de momentos, y le colgué. Yo
espero que no me escuchara. Tras tomar agua y azúcar me vestí y tomé la guagua
hacia Juan XXIII. Fui al edificio de la Jefatura y le conté a un agente, con
cara de que todo el mundo debe y nadie le paga, el agente digo, lo ocurrido. Recomendó
que pusiera una denuncia y como yo no me iba a denunciar a mi misma por
despistada, y tampoco iba a denunciar a un pobre desconocido; ladrón,
seguramente en paro, alto, guapo, con los ojos azules y verdes, además sabiendo
que lo perdí yo, y que no conozco a
nadie así, quedé en ir al día siguiente tras advertirme, el agente, que
estuviera antes de las ocho de la mañana porque al parecer las colas sin cita
llegaban al Parque Romano y el tope de atención por día, sin cita, no daba para
tanta gente. A las siete y cuarto, hora canaria, ya estaba yo sentada en las
escaleras, más sola que la una, vigilando a las cucarachas por si se acercaban,
y al policía del día anterior que ya me tenía mosca porque me vio y saludó
diciendo, con la misma cara del día anterior <Ya estás aquí>. ¡Se quedó con mi cara
eh! Cuando por fin pude entrar tomé
número y me senté pensando que quizá me confundió con los de los carteles que
hay entre los más buscados. El corazón se iba a salir por la boca. Pero me dije:
<Tonta, qué te vas a parecer tú a estas personas tan serias si siempre
sonríes> Comencé a buscar en otro
lado y vi fotos del cuerpo nacional de policía y, asombraíta, caí en la cuenta
de que tienen truco. ¡Vamos que si lo tienen! Como la de las estrellas de cine
porque, ni uno solo de los que vi tenía ese cuerpazo que quita el hipo, de las
fotos, comprendiendo que las tendrían también la de los más buscados. Por
cierto; he renovado el DNI 10,60 €, un robo con elegancia. Me han dado un
número secreto para que en la Web pueda firmar lo que quiera y digo yo, que si
la página de ellos ya canta en rojo amenazante, prefiero llamar por teléfono y que dios me asista.