domingo, 3 de diciembre de 2017

Entre comas

Estoy atrapada en un cuerpo inútil que quiere y no se deja. Me obliga a sentir, a pensar y, sin embargo, es una coraza. Sólo sabe sentir y pensar, pensarysentir,  pero no actúa. Me hace parecer una autómata que pide su copa de amor con hielo, mucho, y una rodajita de limón, pero no es capaz de llevar la cañita a la boca  porque le fallan los brazos, mi boca se seca...

..estos brazos que escriben lo que pienso y siento sí, pero no sirven para nada más que transcribir, como por inercia, lo que pienso y siento, mientras el hielo se derrite, el limón se desnutre y la copa queda ahí a nada de mi boca, entre coma y coma de mi coraza.

domingo, 26 de noviembre de 2017

SOS

Mi amor está en una caja de cristal con un letrero que dice: abrir en caso de emergencia. En una feria de monstruos se perdió el martillo. 

NOTA: A quien le interese. Dicen que se venden en no sé qué ferreterías.


Por lo demás, la familia bien gracias.

martes, 21 de noviembre de 2017

Asunto de nadie

Después de un tiempo de duchas incontroladas, de agua hirviendo, otras heladas, sangrando la piel hasta salir caspa, dejé sin depilar mis piernas, de teñir mis canas. Tiré los vestidos, las faldas, las medias, la lencería sexy, el perfume caro, la colonia barata, el rímel y el collar de perlas. Compré vendas y até con fuerza mis pechos, me mordí las uñas, comí bombones e hidratos de carbono, sin remordimientos, pero con desgana. Me enfundé un vaquero tres tallas más grande, me puse un jersey, un abrigo y corté mi pelo y salí a la calle y al doblar la esquina volvieron a matarme.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Tras la pared

Cuidado. Aquí no que nos miran. Nos miran como si ellos no hicieran lo mismo en sus mentes. Nos miran sentenciando. También nos miran recordando con nostalgia que tienen una colección de recuerdos muertos, vivos en la memoria. Nos miran... sé que miran y yo me ruborizo como lo hicieron ellos y ahora sonríen diciendo que la vida es corta, que no dejemos de hacerlo. Cuidado. Bésame. Déjame la piel marcada hasta las arrugas, ya me encargaré yo de guardarlas de la luz, y desenterrarlas rompiendo a llorar cuando me toque mirar.


Foto de Saro Gutiérrez Cárdenes

domingo, 19 de noviembre de 2017

El cielo a mis pies

Hoy vine a la orilla a llorar porque todo lo que acontece en mí son accidentes, y no he podido… mas si lloraba, si lo hacía, movería ese cuadro de agua salada y se desdibujarían los reflejos del cielo. Hoy se ha pintado de un color que me calma, que quiero que bañe y limpie mis lamentos y los ahogue en la orilla o mar adentro. Me voy. Me voy con el mar… y no será un accidente si no regreso.



jueves, 16 de noviembre de 2017

Cama y mesa

La culpa fue del segundo plato. La hora tonta me puso tonta y a ti caliente y en nada a punto. La loza aún en la mesa, tu espalda contra el sofá, tú entre mis rodillas, y, nuestras bocas que a los postres sabían al segundo plato, tontearon con besitos y muecas diciendo ¡vamos! Ya las manos recorrieron, tú mis nalgas, mi humedad. Se me escapa un te deseo, puede que vuelva a pasar, que aprendí a no avergonzarme de algo tan natural. Yo agarrada a tu cuello,  la explosión en nuestras bocas. Se acaban las palabras cursis,- esto se llama follar-, las otras entre apretones y  sudor y muchas ganas, se disparan revoltosas, las gritas con tu mirada, las repito como loca atacando a tus pupilas, a tu lengua, tu saliva.  Pierdo el equilibrio, la inconsciencia…soy terreno conquistado, mírame, mírame y di en voz alta qué ves, susúrralo a mi boca, muerde, abraza, lame, mantente en mi cuerda floja… así, sí, ofréceme  lo que hay en tu cabeza -y tu cuerpo-  No muerdas las ganas, muérdeme a mí y a mi boca,  que estoy deseando me digas qué hay de cena, por si mi carne vuelve a estar hambrienta por si nos toca que toca.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Esperando la llegada.





Foto de Saro Gutierrez Cárdenes




-¿Qué tendrá la noche, qué tendrá la madrugada?
A veces yo llego antes, ansiosa, por ver su cara.
Redonda y amable y fría, suave y a veces templada.
En esos dos bancos sin galas, pasamos las horas muertas, 
hablando de cómo duele, de lugares recorridos, 
hablando del miedo a la vida y su difícil camino.
Luego se marcha hasta siempre, y espero desesperada,
-otras tantas con temor-,
la recuerdo cuando me busca, escorada en su guadaña.
Cuando regreso a mi cama, y sueño que estoy mejor,
-también mejor preparada-,
la deseo como nunca, como jamás amé nada.
Pero el sol me despierta y me asomo a la ventana,
y veo dos bancos vacíos a los que deseo volver
respirando la vida
con la voz entrecortada, suspirando por mi muerte ….cuando al fin acabe el alba.