Querido:
sábado, 18 de junio de 2022
Querido:
Una Madre
Apuñalan a una mujer durante la madrugada. Todo apunta a un robo.
RANIA
Le he puesto un "hasta aquí" Me escoro en su brazo mientras teclea y dice que le fastidio los atajos. Levanto mi hocico y promete jugar más tarde si le devuelvo el enredo de no sé qué ratón. Entonces le traigo la pelota, mi galleta, ¡mi mantita!, el trozo del bocata que escondí, el que compartimos anoche mientras leía una y otra vez el mismo libro que la hace llorar. Y quiero consolarla, pero nada. Mi hasta aquí no parece funcionar en las tardes, y después de nueve meses con ella sigo sin saber por qué salimos de madrugada ni qué cuernos es un atajo.
Rescate
En realidad yo no era nadie. Temblaba arrimada en aquella estantería escuchando que ya tendríamos que estar en el sótano. No nos dio tiempo. El más antiguo, que había sufrido demasiadas heridas en otras guerras y un trasplante de pergamino a papel, susurró que estaba listo. Algunos rezaban todo lo que sabían mientras otros tantos calculaban en qué momento exacto iba a suceder. Los ubicados dos estantes a su derecha cuchicheaban que ya lo habían advertido, Escrito está. La historia tenía claro que habían muchas páginas aun por escribir. La poesía se quedó sin palabras al observar a los de la entrada a la izquierda, Espirar, exhalar, ¡Repetimooos!
Me han robado un beso
Me han robado un beso: tenía una copia en mi boca, en mi corazón y en mi alma. Tenía copia en mis últimos treinta poemas, en mis sueños y en mis esperanzas acabadas. Y es que dio un beso al frente y el puzle no encajaba.
Yo bebo, fumo, lloro, mucho, muchísimo y para colmo de males escribo, Y sí, Llámame malcriada.
Pero él continuaba anclado a mi boca como si fuera un oasis o tuviera hambre atrasada.
Pensé en que la muerte lleva tiempo pisándome los talones. Que hoy la primavera se llama verano y el frío invierno reta al otoño y no condiciona a una poeta.
Entonces me apretó con fuerza. Le puse una mano en el pecho en sentido contrario. Así, como ladeando la cabeza. ¿Y si era el paraíso y no el infierno que esperaba? Quizá un espejismo. ¡Total, ya qué estaba!
Será que me siento sola y desconcertada porque han llegado a la conclusión en Internet de que Amar es como un plan malvado que intenta jodernos la vida.
Pero él seguía y yo no me dejaba cuando sus manos hacían la desescalada y yo las devolvía a sus orillas porque no sentía nada de nada. Bueno sí, que me habían robado un beso y me sentía desconsolada, como cuando se me perdió mi madre o él dijo hace treinta poemas que no me amaba.
Incliné la cabeza un poco más a la izquierda y suspiré aquel beso que se me alarga. Y mi mano cerró el puño con las uñas clavadas.
Pienso en eso de ser senil porque no hay otra forma de perdonar y en que estoy condenada a escribir todo lo que me viene a la cabeza.
Entonces recuerdo lo que era Amar; aquella ventana que ni a pedradas rompía una puerta, y siento que quiere taparme la boca un cuerpo ajeno y que para eso estoy contraindicada.
Y es que yo ¡por el amor de Dios! yo creo en el Amor verdadero, en el multiverso, en los Reyes Magos, en los milagros, en el curasana, en el “Ya quedamos si eso”.
Entonces le digo, No puedo, Al menos por ahora.
Y llora como un niño, y la culpa deja pasar al consuelo diciéndome duras palabras, Hay otro, Lo sé, Se te nota en la mirada.
jueves, 3 de febrero de 2022
A mi hermano
Cuando vienes a mi mente siempre lo haces con una sonrisa. No recuerdo ninguna fotografía en la que no sonrías. Te llevo de la mano a la escolanía, al cole, a mi casa… o te rescato de Triana antes de que se entere mamá que bailas con Juani para conseguir vuestro primer micro porque tu gran sueño es cantar y bailar. Te pierdo en almacenes Simago y te encuentro donde los discos -qué susto, nunca te lo dije-. No recuerdo, a pesar de los años de diferencia que tenemos, mi vida sin ti. Te veo bailando y mostrando tus nuevos pasos. Cuando cambiabas mis letras a tu antojo convirtiéndolas en un disparate que te hacía partir de risa logrando una rima escandalosa. También te veo cuando descubriste aquel verso de Camilo “el pájaro de nieve”, y sonrío al recordar la cara de Mari como consecuencia. A Tere de escudo por si acaso y a Ada tronchándose a tu lado agarrando su tripita cómplice de tus perrerías. Preguntando “qué tal lo hago” esperando nuestra aprobación.
lunes, 29 de noviembre de 2021
Me suena
¡Un brindis!: ¡Por los amigos del nunca acabar!
Me mira; o mira un
punto en la lejanía, pero me incomoda. Soltamos las copas al escuchar al resto
reclamando la comida a carcajadas.
Vuelve a mirarme.
-No estoy llorando- le digo-.
¿No ves que es la cebolla?
Va a lo suyo.
Refunfuño bajito y ni
se entera, No; No es por el leñazo que me acabo de dar con la puerta de la
alacena mientras tú me miras. Y sí; estoy bien; aunque ni preguntes., Qué feo
eres cuando no me miras!, pienso.
Nada. Está concentrado en
la tabla, picando tomates. Mezclándolos con crema de leche me salpica.
¡Al fin resuella!
-Imaginas si te ven así
en este momento -dice sonriendo.
-Sí, quedarías genial
machote; y yo a saber -respondo lamiendo el goteo y paseando mis dedos por los
labios provocándolo. Pero nada-. Vamos que están éstos esperando.
Le miro a la cara. Me
suena, y recuerdo que fui tras él y nos quitamos la ropa. Y nada. Terminamos… bueno…
terminamos en un, Aquí no ha pasado nada. Porque sé leer sus silencios y todo
lo que sigue tiene que ver con querer de otra forma.
Me uní al grupo como cualquiera de aquel montón de gente, así como por categoría: quien la caga y se disculpa, un sitio donde estar, quien avisa de que tienes tomillo en un diente, una palmada en la espalda, un sonido concreto; un adiós intermitente.