sábado, 4 de febrero de 2017

Fin de cuentas

De pronto lo vi claro y quise  lanzarme. Solo había dos repuestas a tanta incertidumbre. Un impulso inexplicable más certero que fuerte se resistía. La solución estaba en matarle, no constantemente, sino, cada vez que se me resistía al pensarle. No había marcha atrás y rompí el hielo. Fue un alivio sentir que todo era imaginable, como imaginarle conmigo, como imaginarle sin mí, porque jamás latía a mi lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario