Una verdad a medias y una
incertidumbre completa me visitan cada mañana con su oferta. Entre nuestros
cuerpos hay una cuenta pendiente que siento cuando te veo, que provocas con tu
decencia. ¡Qué atracción, menuda trampa! Me tomo la libertad de hacerte mío.
El capricho de tu mirada tienta a la mía prohibida. Me revuelvo en este
juego que cada día me engancha más y me pone a prueba. Rayas el asco con tanta cortesía que
impacienta. De un salto me tiraría en tu colchón y sé que el riesgo solo
duraría un día. No esperaba verme así, esquivando tu boca que me arde en la
mejilla. Hay que ser muy valiente para alejarme de ti; cobarde de falsa
apariencia. ¡Vamos, termina de alguna manera! O me esquivas o me
llevas. Pero vuelves, vuelves consciente de que desearte será un acto suicida; si
no puedo cambiar lo que siento, si me pierdo por culpa de tu cuerpo, si tocarte
al infierno me lleva.
Rosy Robayna. 28//02/2017
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