Lo encontré y me dijo que había estado
ocupado huyendo y ahora no quiere
marcharse.
Le he dejado la puerta abierta y se mueve regresando
constante a mí, pero con la puerta abierta nadie se va -coño-.
Le doy de comer de mi mano y yo como de su boca hasta que
todo esto se resuelva... porque nos gusta el juego en el que él me encuentra y yo
lo vuelvo a atrapar.
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