Yo creía que me gustaban todos los hombres y si bien no tenía, todavía, prototipo, siempre
he diferenciado a un tipo, de un tío y de un hombre. Hoy reconozco que no me
gustan todos ¡Qué cuernos! Me gustan los que son limpios sin rayar el asco. Sin
tatuajes, pero no hago ascos. Los que se atreven a equivocarse y quedarse rojos, el que huye la
mirada al principio, pero no se da cuenta que su reojo le delata. Que le guste
leer y escriba algún día algo para mí. Que no sea más guapo que yo, pero sí más
interesante. Fuerte pero delicado. Sensato pero con un toque de locura. Que me
abrace cuando lloro aunque no sepa el porqué y se deje abrazar por el mismo
motivo. Que no le importe que lleve tacones ni me pinte o vaya despeinada y
que jamás me diga que qué es eso que tengo en estos días en la cara. Que sepa
lo que me gusta, lo que me hace reír, lo que me da miedo…Que cuando susurre mi
nombre me dé un vuelco la tripa (Rosa…) Que no le haga falta preguntar si
utilizo preservativo –que lo dé por sentado-. Que se deje olisquear y cierre
los ojos cuando lo hago. Que sepa a café cuando le beso y a sexo cuando hemos
terminado.
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