lunes, 4 de septiembre de 2017

¿Tú de qué vas?

Soy estrecha sí, porque tú lo dices:
Me defines como alguien que no cae en tus redes; con sabor a colonia cara y ropa interior de boutique de monja asiática.

Una amargada sí, porque tú lo dices:
Es que me niego a enredarme con tipos de poca monta.

Desperdicio mi vida, sí, porque tú lo dices:
Porque no me gasto con fulanos que se las dan en barras tras una sobredosis de garrafón,
contando cuántas menganas se quitaron la ropa.

¿Tú de qué vas? ¡Qué sabrás tú de mí! Si mi tiempo lo gano o lo pierdo  besando porque sí, haciendo por un rato lo que no hago por  amor, huyendo por no herir.


martes, 15 de agosto de 2017

Si no llego no me esperes


Ahora que salgo cuando quiero y no tengo ganas de salir.
Ahora que tengo ganas de tirarme a quien me dé la gana, menos a ti.
Ahora que digo no <NO, NO y NO> y me miran como si yo lo hubiera inventado.
Ahora que caigo en la cuenta y me pongo en pie al instante, o antes rodilleras.
Ahora que llevo sola tanto tiempo como años puedo contar que ni te cuento.
Ahora que no acepto compañías malparidas ni soledades ajenas.
Ahora soy la que puedo ser y no fui, pero hasta ahora.
Soy consciente que mi vida está llena y que antes estaba mórbida.  A ver si te enteras que la niña creció, se enhebra los patines y sale libre del paso del idiota y ya no sabe qué es la espera.





lunes, 14 de agosto de 2017

Las cajas

Tengo amores en cajas de música, de puros, de zapatos, en cajas de alfileres y botones. De frutas, de libros, en cajas de cervezas y sorpresas, en cajas transparentes, de colores, en la caja tonta, en la más barata. Fueron amores que duraron una estación, una vida.También tengo amores en otras dos cajas;  uno que se fue  dejándome rota al lado de mi caja opaca, y otro que se pudre en la desgracia, al que jamás  llevaré flores




jueves, 10 de agosto de 2017

La cruda realidad

La poesía es un querido diario, la última noticia, el epitafio. Una noche de placer y placeres malvividos. Un lindo amanecer y amanecer que no es poco.  El amor al nacer y el odio destapado. Un niño perdido, el no nato. Un reportero en la guerra, en la tregua, en primer plano. Un grito al amanecer, un anochecer que no llega o el eclipse a la esperanza. La muerte en mis talones, el disparo sin tregua. Morir con las botas puestas, viviendo cualquier sin vivir en mí con mi tacón en tu boca, con el cuerpo amoratado. La esperanza, la mala marea, la érase una que fue, y un pudo ser que no fuera. Dos que se aman y jamás se entregan, tres queriendo sin querer. Un puño en alto, una rodilla al suelo, una lágrima en la arena, lo que más duele, ¡la vida!, la cura, la herida. La poesía es una verdad mezclada con mentiras; que crees que te deja ciega. Es tinta y payaso, un globo en el aire que explota con la risa de una niña amargada, mientras otra ríe puñetera.  Dramática, atípica, moderna, vestida y desnuda, llena de dudas y malos tragos, locura y cordura, es paz y tantas cosas… que es mi esperanza de ser o no ser; la adicta a las letras que te piensa a todas horas.


miércoles, 2 de agosto de 2017

La herencia.



Quise ser como tú, imaginando lunas,  bajándote de la Cruz a un  asfalto de colores buscando al príncipe azul, entre Dramas y Caballeros, Señoras y Dragones.
Me enamoraste a posta, a traición y cara a cara, y ahora me siento presa de tus verdades tramadas.
Tú me lanzas al infierno de guerras y sufrimientos, se te antoja el río de Hades y no escuchas mis lamentos, mas me devuelves al cielo  sin retomar el aliento.
Amas como nunca amé, matas sigilosamente, lloras de alegría y rabia, te apoderas de mis dados y siempre salen a tu suerte.
Vivo viviendo en ti de la cabeza a los pies, enredada entre tus sábanas, lamiéndote las costillas con pasión desesperada, abriendo mi corazón por esa inspiración coqueta de compasión disfrazada.
Sí, quise ser como tú y aquí dejaste en herencia la carga de ser poeta que para mí es osadía.

Sí que  regalas paz, sí que  pintas  armonía, (mas) yo te maldigo poeta, yo te amo poesía.

sábado, 29 de julio de 2017

Aldonza

Me huye la mirada. No soy esa delicada flor que se arranca y arrastra hasta la puerta de su casa, besando su frente, rogando amor o muerte, fingiendo pudor.
Ni luz que ilumina sus pasos descalzos por la madrugada ni haré con lágrimas un lavatorio de pies ni de mi pelo una toalla.

Ni la gaviota blanca que vigila las sombras de un Quijote en una playa, que lava sus polvos entre sirenas mientras Dulcinea, disfrazada de mengana, le espera en la esquina para lamerle la sal. Puedo solo ser la embustera que le diga lo que quiere oír y haga lo que nos dé la gana.






Fiel de profesión

Qué fácil ha sido quererte. Me lo pusiste a huevo. Ni un tira y afloja. Un no pero sí.
 He agotado todas las posturas, los besos y salivas, conozco tu cuerpo con las piernas abiertas y los brazos cerrados, con los ojos cerrados y la boca abierta. Trato de ser de los dos la más fuerte, por esas promesas de lealtad que hicimos, de comer en la cama y hacerlo en la mesa. Pues eso; ahora que muerdo la almohada y me limpio en otra servilleta que huele a mentira,  me falta el valor para pelear por mí.