Después de un tiempo de duchas incontroladas, de agua
hirviendo, otras heladas, sangrando la piel hasta salir caspa, dejé sin depilar
mis piernas, de teñir mis canas. Tiré los vestidos, las faldas, las medias, la
lencería sexy, el perfume caro, la colonia barata, el rímel y el collar de
perlas. Compré vendas y até con fuerza mis pechos, me mordí las uñas, comí
bombones e hidratos de carbono, sin remordimientos, pero con desgana. Me enfundé
un vaquero tres tallas más grande, me puse un jersey, un abrigo y corté mi pelo
y salí a la calle y al doblar la esquina volvieron a matarme.
martes, 21 de noviembre de 2017
lunes, 20 de noviembre de 2017
Tras la pared
Cuidado. Aquí no que nos miran. Nos miran como si ellos no hicieran lo mismo en sus mentes. Nos miran sentenciando. También nos miran recordando con nostalgia que tienen una colección de recuerdos muertos, vivos en la memoria. Nos miran... sé que miran y yo me ruborizo como lo hicieron ellos y ahora sonríen diciendo que la vida es corta, que no dejemos de hacerlo. Cuidado. Bésame. Déjame la piel marcada hasta las arrugas, ya me encargaré yo de guardarlas de la luz, y desenterrarlas rompiendo a llorar cuando me toque mirar.
Foto de Saro Gutiérrez Cárdenes
domingo, 19 de noviembre de 2017
El cielo a mis pies
Hoy vine a la orilla a llorar porque todo lo que acontece en mí son accidentes, y no he podido… mas si lloraba, si lo hacía, movería ese cuadro de agua salada y se desdibujarían los reflejos del cielo. Hoy se ha pintado de un color que me calma, que quiero que bañe y limpie mis lamentos y los ahogue en la orilla o mar adentro. Me voy. Me voy con el mar… y no será un accidente si no regreso.
jueves, 16 de noviembre de 2017
Cama y mesa
La culpa fue del segundo plato. La hora tonta me puso tonta
y a ti caliente y en nada a punto. La loza aún en la mesa, tu espalda contra el
sofá, tú entre mis rodillas, y, nuestras bocas que a los postres sabían al
segundo plato, tontearon con besitos y muecas diciendo ¡vamos! Ya las manos recorrieron,
tú mis nalgas, mi humedad. Se me escapa un te deseo, puede que vuelva a pasar,
que aprendí a no avergonzarme de algo tan natural. Yo agarrada a tu cuello, la explosión en nuestras bocas. Se acaban las
palabras cursis,- esto se llama follar-, las otras entre apretones y sudor y muchas ganas, se disparan revoltosas,
las gritas con tu mirada, las repito como loca atacando a tus pupilas, a tu
lengua, tu saliva. Pierdo el equilibrio,
la inconsciencia…soy terreno conquistado, mírame, mírame y di en voz alta qué
ves, susúrralo a mi boca, muerde, abraza, lame, mantente en mi cuerda floja…
así, sí, ofréceme lo que hay en tu
cabeza -y tu cuerpo- No muerdas las
ganas, muérdeme a mí y a mi boca, que estoy deseando me digas qué hay de cena, por si
mi carne vuelve a estar hambrienta por si nos toca que toca.
lunes, 13 de noviembre de 2017
Esperando la llegada.
Foto de Saro Gutierrez Cárdenes
A veces yo llego antes, ansiosa, por ver su cara.
Redonda y amable y fría, suave y a veces templada.
En esos dos bancos sin galas, pasamos las horas muertas,
hablando de cómo duele, de lugares recorridos,
hablando del miedo a la vida y su difícil camino.
Luego se marcha hasta siempre, y espero desesperada,
-otras tantas con temor-,
la recuerdo cuando me busca, escorada en su guadaña.
Cuando regreso a mi cama, y sueño que estoy mejor,
-también mejor preparada-,
la deseo como nunca, como jamás amé nada.
Pero el sol me despierta y me asomo a la ventana,
y veo dos bancos vacíos a los que deseo volver
respirando la vida
con la voz entrecortada, suspirando por mi muerte ….cuando al fin acabe el alba.
domingo, 12 de noviembre de 2017
Las Palabras
Nunca fuiste un espíritu libre. Nunca empuñaste un arma, ni
una bandera, y sin embargo, jamás te sentiste
atado, hasta ahora.
Mantienes mi chispa, farfullas entre dientes que soy un
misterio pero,
ves girar las manecillas a segundos sintiendo que, no puedes
hacer nada por retenerme. Dices que controlas, que es un privilegio sentir solo
por sentir de lo bueno lo mejor. ¡Venga hombre! Dime que cuando me tienes
frente a frente te ciega la verdad.
Arriba las manos, esto es una farsa… a la que llamamos Amor, -con mayúscula, en negrita y en peligro de
extinción- y en realidad es un suicidio o, de lo malo, lo mejor.
miércoles, 25 de octubre de 2017
Seamos serios
Era un bromista. Me dio un beso de broma y puso su mano en
mi muslo.
Yo paralizada gesté de golpe mariposas y cometí el
error certero de preguntar qué, pero todo eran bromas. Luego dijo te quiero y
se acabó el misterio, claro que lo dije yo también, pero eran bromas. Y aquí
ando, menospreciando todas las bromas de todos los payasos que alguna vez se
han sincerado. En serio.
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