martes, 4 de junio de 2019

Y qué de ti.

         Me amaron mal, una vez y dos y cien.
           Lloré con las canciones que hablaron de mí.
      Escribí historias que jamás me sucedieron.
           La perfección jamás me sedujo.
                Amé mal, cuatro, cinco y setenta veces siente.
             Me dedicaron canciones que no merecí.
            Escribieron mi historia sin saberlo.
            Adoré la imperfección por descontado.
     Y apareciste tú.
      Como aparece la peor de las noticias.
  Como quien recibe una multa.
  Como quien pierde las llaves.
 Como cuando se me hace una carrera en la media
  o como cuando me muerdo la lengua.
   Entonces rompí el peor de mis poemas
  en pedacitos pequeños
  para que jamás supieras de mi pasado.
Lo único que sé es que nunca quise a nadie que estuviera tan roto.  

I+D

Hoy empieza mi venganza. Me vengaré de todos los que se han reído de mí desde mi niñez hasta el día de hoy, señalándome con el dedo por llevar la vida que me obligaron a seguir; vistiendo a su gusto y moda, sin tener en cuenta que adecentarme me ridiculizaba. Regalándome muñecas en el día más apostólico. Fajando mis pechos, cerrando mis piernas, cruzando los brazos, y la cara. Nunca fui dócil, ni dulce ni musa y por ser como soy, me niego a seguir con su matriarcado. Hoy su campo santo grita y se retuerce porque no soy digna de su tierra ni sus rezos a mi alma en pena. ¡Hipócritas! Hoy empieza mi venganza.¡Sí! : mientras deciden si me declaran santa me mantengo “ahí”, a la espera de sus recicladas conciencias.

lunes, 3 de junio de 2019

Bienaventurada


 Tiró de mi mano; olor a lejía, manchas de azafrán, uñas destrozadas, callos cansados; del roce continuo del palo de la fregona,  amenazando con una rama de romero a cambio de veinte duros. Miró mi mano. Se marchó deseándome suerte sin cobrar por su cara de asombro. Busqué sombra en Galerías Preciados oliendo el romero fresco. Miré mis manos como lo hago ahora, y cada vez que la recuerdo, esperando un sentido a la cara de aquella mujer que me miró con lástima.

sábado, 25 de mayo de 2019

La botella


Una voluta de humo  asoma por la corona de la botella –cuidado con lo que deseas –dice la voz ronca intentando aclarar su garganta. Las imágenes se suceden:

Como si solo con desear ser mayor se fuera a cumplir preparo el hechizo añadiendo purpurina. Sonrío.
1- Dibujo la palabra Amor. Tan chiquita, y ya con mayúsculas. Esa boquita de leche  embadurnada de geranios busca las causas de todos los efectos. Fuerzo la sonrisa.
2- Un río rojo cae a los tobillos y todo en lo que creo se convierte en mierda. Muerdo una mano.
3- Alguien dice –no grites, empuja, empuja...  Es una niña–. Busco un lugar donde llorar.
Desde entonces sé que lo contrario a ser niña  es el miedo.
Lo siento –tantísimo–.

domingo, 19 de mayo de 2019

Oye


Se hacía el sueco cuando le hablaba <<este me va a oír>>. Terminé plantándole cara, Oye, ¿quién te has creído que eres? Tantas miraditas y notitas… Dime al menos que no te intereso y ahórrame el bochorno.  ¿Me oyes?
 Agitó dos dedos delante de su cara. Tocó mi barbilla obligándome a  mirarlo. Se llevó  la mano al pecho cerrando fuerte su puño y me señaló dulcemente. Entonces me dio un beso de esos que jamás prescriben.


viernes, 17 de mayo de 2019

A saber


“Quién será el que me quiera a mí…” Quién le dará la vuelta a mi mundo a ver si es más hermoso. Que enseñe a mis manos a hacer caminos, y mis ojos lo recorran con paciencia. A saber por dónde andará quien acabe con mis yo nunca y con todas las palabras terribles que atribuyo a las cosas bonitas. El que esté dispuesto a pasar por la vicaría aunque le diga que no. El que se fíe tanto de mí, que no le importe preferirme vestida. Quien me deje decir la última palabra y dar el último beso, y el primero.
Que me haga volar sin tomarme en brazos y cuando me tome le apetezca pararse conmigo. El que me muestre que todas las notas también pueden ser si, y mis mejores acordes al timple comiencen por no sostenido. El que al leer mi poesía, dude de si me conoce todavía y tenga interés en conocerme. Quien deje una nota “nos vemos allí, donde el sauce llora con el río" o “si quieres volver a cenar conmigo cuando las luciérnagas estén volando…” En definitiva: Vete tú a saber dónde estará ese que sin ahogarme pueda inundarme y sienta; “esa clase de certezas que solo se presentan una vez en la vida”.

miércoles, 15 de mayo de 2019

TOC


El texto debe contener las palabras Acorde, Sinsonte, Textura, Habichuela, a pensar...

Siempre le digo, convencida, que volveré antes, pero no sé qué sucede que solo lo hago el treinta y uno de octubre. En la C/ Espejo, S. José, toco en el suelo con el pie antes de abrir la puerta a ras del asfalto. Un silbo como el del sinsonte me hace desplegar una sonrisa. La escalera de madera de color verde siempre parece no tener fin y comienzo a bajar. Él cocina al ojo por ciento el brebaje para tomar mientras invocamos a los espíritus. Bajo la textura de sus pequeñas manos siempre hay una mujer que se asoma, sin embargo, su voz le delata porque conmigo jamás disimula, Te estás quedando calvo. –Y tú tienes unas patas de gallo cojonudas.
En una bandeja ha puesto: velas <<negras, claro>>, incienso, esquelas del Diario de Las Palmas, sal, pelo rojizo, acorde con su delantal, y alguna piedra que habrá cogido de la Laja, ¿Ya sabes a quién invocaremos hoy?
-Romelia, Romelia, Romelia –es de todos sabidos que cuando se invoca tiene que ser tres veces, ya se confirmo cuando Bitelchus, Ya hay que tener mala leche para ponerle ese nombre.
Me da un ataque de risa y no puedo evitarlo, Tres veces ya es un TOC. Tres veces y aparecerá con ojeras, después de tanto descanso, y te dará el susto de tu vida. ¿Y si aparece qué coño se hace después?
Él finge que le dan escalofríos y me mira  serio, A Romelia la mató su madre. Su padrastro estaba enamorado de ella y la madre, celosa, le preparaba cada día un caldo con habichuelas para disimular el sabor del arsénico, ¿El arsénico tiene sabor?
– ¿Quieres quedarte? –asiento con la cabeza-.Pues calla.
Toma las tijeras y la vuelve a invocar. Yo me muero de ganas de fumar un cigarrillo y de tomar el líquido  que nos llevará al otro lado de la línea entre el más allá y el más acá.
– Romelia, Romelia, me escuchas, Ro…
Golpean el techo. Subo la escalera. Abro la puerta. No hay nadie, Serán los niños pidiendo huevos o caramelos, o alguien con tacones caminó sin mirar por donde pisaba.
Vuelvo sobre mis pasos y Él no está. El fuego sigue encendido, y las velas…Observo un puñado de habichuelas en la bandeja y un espejo que no estaba antes. Miro el reflejo, y tiene ojeras y cara de mala leche. La mujer…silba. Titubeante, prometo volver antes, antes; de qué, convencida, pero no sé qué sucede que siempre vuelvo el treinta y uno de octubre.