De pronto lo vi claro y quise lanzarme. Solo había dos repuestas a tanta
incertidumbre. Un impulso inexplicable más certero que fuerte se resistía. La
solución estaba en matarle, no constantemente, sino, cada vez que se me
resistía al pensarle. No había marcha atrás y rompí el hielo. Fue un alivio
sentir que todo era imaginable, como imaginarle conmigo, como imaginarle sin mí,
porque jamás latía a mi lado.
sábado, 4 de febrero de 2017
miércoles, 1 de febrero de 2017
domingo, 22 de enero de 2017
Calcetines
Me he puesto un calcetín y el otro se ha quedado en mis
manos no sé ni cuánto tiempo. Ahí estaba yo acariciando con los dedos ese
calcetín verde como si fuera recíproca la sensación, con la mirada perdida. Miro el espejo del tocador también un
buen rato; mi cara, una mueca, niego con la cabeza, inflo mis cachetes, el absurdo tiempo perdido pensando en ti, como si fuera recíproco, sí, la sensación.
¡Que
comience el día! Hoy toca de verde.
miércoles, 11 de enero de 2017
¡CUÁNTO!
Escuché el llanto de un niño.
Dos amantes de dos camas.
El grito de un velatorio
durante la madrugada.
Brilló la luz del mechero
de quien juega entre las sabanas.
Mi respiración pausada
por miedo a ser traicionada.
Ladró un perro ¡maldita sea!
que a mis tacones delataba
y al que compra en una esquina
saludando a las fulanas.
-¡Cuánto! -gritó desde el coche.
¡Corre,corre, corre! No pares hasta llegar a casa.
lunes, 9 de enero de 2017
Envidiable
Hace unos días me encontré con
alguien que marcó mi infancia. No la reconocí ni fijándome en sus ojos. Por
más que la miraba mientras decía -¡Pero
si eres la misma! No has cambiado -no encontré ni un solo rasgo de la
reina de las fiestas del barrio…
…Por el contrario fui la última
de la fila para no tapar a los demás en las fotos. Todos gritaban: <¡Ahí viene ella!>, y salían corriendo felices a
esconderse sin darse cuenta del daño que eso me ocasionaba. Con el andar del
tiempo mis amigos comenzaron a ser solo hombres mayores que yo y eso causó
envidias, sobre todo en las chicas diez de la época. Se preguntaban cómo era
posible que alguien como yo, que no vestía a la moda y no daba la talla, porque
la superaba en todas las dimensiones en su, super/mega/pop, sistema métrico
decimal, pudiera estar rodeada de los chicos por los que ellas babeaban y para
los que empleaban sus mejores armas en su afán de cazarlos. Ellos apreciaban mi
compañía, las horas de charlas, las letras, mi guitarra y sobre todo mi niñez.
Pasaron los años para todos. Unos
calvos, otras con sobrepeso y yo, que acostumbrada a no pasar horas ante el
espejo me siento genial, acepto los cambios,
agarro todos los días mis complejos y los saco a la calle porque sé que
nadie se volteará para ver mi cuerpo, a traición, y es algo que agradezco, pero
sí que se quedará cuando sienta quien soy realmente; aquella a la que muchos
temían.
domingo, 8 de enero de 2017
Por un café.
La primera vez nos miramos sin
vernos o eso pensé, porque en aquel lugar centenario volvió a mirarme e hizo
detener mis ojos que no han regresado desde entonces. Todas las demás no he
podido atreverme a pasar de sus manos o su boca, y da igual que planee
enfrentarme a sus ojos; ese color café con brillo aterciopelado de hombre. Nunca
sé qué pasará ni adonde miraré. Solo quiero que pase.
viernes, 6 de enero de 2017
Soledades
Desperté en la noche con la
sensación de haber dormido demasiadas horas. ¡Faltaba tanto para amanecer! Las lágrimas brotaron. Quizá fue una pesadilla
y ya la había olvidado. Dolía. Encendí la luz. La apagué, dispuesta a dormir,
pero el frío en mis manos y pies no eran buena compañía, solo soy buena
compañía en verano. Cerré los ojos temblando y te vi. Ya no recordaba esa
sensación, eso de no estar sola. Entonces ardió mi habitación a la temperatura que
desprendes cuando es endiabladamente insoportable tenerte tan cerca.
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