La poesía es un querido diario, la última noticia, el
epitafio. Una noche de placer y placeres malvividos. Un lindo amanecer y
amanecer que no es poco. El amor al
nacer y el odio destapado. Un niño perdido, el no nato. Un reportero en la
guerra, en la tregua, en primer plano. Un grito al amanecer, un anochecer que
no llega o el eclipse a la esperanza. La muerte en mis talones, el disparo sin
tregua. Morir con las botas puestas, viviendo cualquier sin vivir en mí con mi
tacón en tu boca, con el cuerpo amoratado. La esperanza, la mala marea, la érase una que fue, y un pudo ser que no fuera. Dos que se aman y jamás se
entregan, tres queriendo sin querer. Un puño en alto, una rodilla al suelo, una
lágrima en la arena, lo que más duele, ¡la vida!, la cura, la herida. La poesía
es una verdad mezclada con mentiras; que crees que te deja ciega. Es tinta y
payaso, un globo en el aire que explota con la risa de una niña amargada, mientras
otra ríe puñetera. Dramática, atípica,
moderna, vestida y desnuda, llena de dudas y malos tragos, locura y cordura, es
paz y tantas cosas… que es mi esperanza de ser o no ser; la adicta a las letras
que te piensa a todas horas.
jueves, 10 de agosto de 2017
miércoles, 2 de agosto de 2017
La herencia.
Quise ser como tú, imaginando
lunas, bajándote de la Cruz a un asfalto de colores buscando al príncipe azul,
entre Dramas y Caballeros, Señoras y Dragones.
Me enamoraste a posta, a traición
y cara a cara, y ahora me siento presa de tus verdades tramadas.
Tú me lanzas al infierno de
guerras y sufrimientos, se te antoja el río de Hades y no escuchas mis
lamentos, mas me devuelves al cielo sin
retomar el aliento.
Amas como nunca amé, matas
sigilosamente, lloras de alegría y rabia, te apoderas de mis dados y siempre
salen a tu suerte.
Vivo viviendo en ti de la cabeza
a los pies, enredada entre tus sábanas, lamiéndote las costillas con pasión
desesperada, abriendo mi corazón por esa inspiración coqueta de compasión
disfrazada.
Sí, quise ser como tú y aquí
dejaste en herencia la carga de ser poeta que para mí es osadía.
Sí que regalas paz, sí que pintas
armonía, (mas) yo te maldigo poeta, yo te amo poesía.
sábado, 29 de julio de 2017
Aldonza
Me huye la mirada. No soy esa delicada flor que se
arranca y arrastra hasta la puerta de su casa, besando su frente, rogando amor
o muerte, fingiendo pudor.
Ni luz que ilumina sus pasos descalzos por la
madrugada ni haré con lágrimas un lavatorio de pies ni de mi pelo una toalla.
Ni la gaviota blanca que vigila las sombras de un Quijote en una playa, que lava sus polvos entre sirenas mientras Dulcinea, disfrazada de mengana, le espera en la esquina para lamerle la sal. Puedo solo
ser la embustera que le diga lo que quiere oír y haga lo que nos dé la gana.
Fiel de profesión
Qué fácil ha sido quererte. Me lo pusiste a huevo. Ni
un tira y afloja. Un no pero sí.
He agotado
todas las posturas, los besos y salivas, conozco tu cuerpo con las piernas
abiertas y los brazos cerrados, con los ojos cerrados y la boca abierta. Trato de ser de los dos la más fuerte, por esas promesas de lealtad que hicimos, de
comer en la cama y hacerlo en la mesa. Pues eso; ahora que muerdo la almohada y
me limpio en otra servilleta que huele a mentira, me falta el valor para pelear por mí.
martes, 25 de julio de 2017
Apúntamelo ahí
Debo muchos
cafés. Son deudas pendientes en tazas rojas y platos rotos, en vasos de
plástico que asan los dedos y las lenguas, en buches calientes, hielo, con o sin
azúcar, o solamente fríos. Debo manchas a los vestidos que no estrené y excusas
a las citas que no acudí. Debo saliva a los sellos, aun en pesetas, y a las hojas de los libros que me salté.
Puede que deba disculpas por lo que hice y no me enteré, y me sobren de las
otras por si acaso. También tengo cuenta pendiente con los cuando quieras,
cuando puedas, y, el ya veré, ya te llamaré…. No sé si me perdonarán, tampoco
recuerdo si ya perdoné. Hace tiempo que no me ocupo de quien no se ocupa.
sábado, 1 de julio de 2017
Natural
Me despertó el aroma del café recién hecho. No estaba ni
peinada ni en una postura sutil, tampoco arropada por una leve sábana. Eso
solo pasa en las películas. Sin embargo, apareciste en la habitación con las
dos tazas y su maravilloso aroma. Café con leche. Tampoco suena poético, pero
es lo que nos sabe a los dos a esa hora. Lo tomamos horas más tarde, frío,
mientras yo ataba mi pelo y tú me decías lo preciosa que estaba y lo bien que
olías a mí.
miércoles, 28 de junio de 2017
Misión cumplida
Saltó a tierra tras
degollar a la tripulación. El segundo de abordo fue en morir el primero. Al
contramaestre lo dejó para el último. Las huellas que iba dejando por la arena permanecieron hasta subir la marea, borrando
el rastro de su pie y el arrastre de la pata de palo. No había nadie. Una bandera azul deshilachada otorgada
en 2017, le sirvió para arroparse. El barco holandés con bandera negra quedó a la espera. El mapa marcaba una equis
señalando la Montaña de Ajódar. Ahí tenía que dejarlo y desaparecer sin hacer
preguntas. Durmió en la playa y antes del amanecer emprendió el camino para
cumplir su cometido. En la falda de la montaña abrió un hueco en el suelo,
enterró un cofre, escupió con rabia, sacó de su faja un cuchillo ensangrentado,
cortó un mechón de su pelo y lo quemó todo junto con el mapa. Cubrió el hueco.
Desandando el camino regresó a la playa. Se desnudó y se lanzó al mar perdiendo
la pata de palo, suspirando por el contramaestre. Ahí en las profundidades la
esperaban sus hermanas Custodias de aquel sitio, al que ella ltodavía
llamaba “Santiago de los Caballeros”.
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